A nadie le gusta lo que ocurre hoy en Venezuela. Ni siquiera a los líderes de la revolución, por más que lo disimulen. Ni a sus afiliados a sueldo. La vida no es así. No como se conjuga hoy. Esta desazón cotidiana. Este asunto exasperante que es alimentarse. Este bingo extremo que es salir a la calle y rogar que la muerte no cante tu nombre en la próxima esquina. Este tajo de enfermarse y entrar en el galpón de los desdeñados. Esa turbulencia que es la falta de luz. Este disturbio de malas noticias que hoy definen al país. Leer más