Las autoridades panameñas advirtieron, el domingo 23 de octubre, que no permitirá la entrada a los migrantes venezolanos irregulares que viajen desde el norte hacia el sur del continente, como muchos pretenden hacer después de que Estados Unidos les cerrara la frontera terrestre.
«Todas esas personas (venezolanas) que pasaron frontera» en su camino hacia Norteamérica y pretendan regresar por ese mismo camino «requieren visa autorizada para ingresar a Panamá, y no se les está autorizando ingresar por las fronteras de Costa Rica» si no la tienen, dijo la directora del Servicio Nacional de Migración (SNM), Samira Gozaine.
Panamá es la puerta de entrada a Centroamérica desde el sur. Este año han transitado por su territorio la cifra récord de 204.986 migrantes irregulares en su viaje hacia Norteamérica que entraron por la peligrosa selva del Darién, frontera con Colombia. 71,8% de ellos son venezolanos, según cifras oficiales suministradas a EFE el domingo.
Los migrantes irregulares que viajan hacia el norte son recibidos en Panamá en estaciones de recepción migratoria (ERM) situadas en la frontera con Colombia (sur) y con Costa Rica (norte), donde toman sus datos biométricos y reciben alimentación y atención médica.
Panamá, recordó la funcionaria, exige «visa autorizada» a los ciudadanos venezolanos para que puedan ingresar a este país, una medida que está vigente desde 2017, cuando se estableció a los venezolanos el requisito migratorio de visa estampada.
La directora de Migración señaló que «es falsa la información que les están dando» a los migrantes irregulares venezolanos «de que se les está permitiendo ingresar (a Panamá desde el norte) y que aquí los vuelos (de repatriación voluntaria) son gratis».
«Cada persona está pagando su tiquete y solo estamos haciendo» posible este viaje de repatriación voluntaria «para aquellos (migrantes irregulares venezolanos) que han entrado dentro del flujo irregular que viene de sur a norte», añadió.