El manejo de las obras de Pariaguán se ha convertido en un negocio particular de Tomás Bello, quien transformó a la alcaldía en una gran empresa familiar.
Así lo asegura el abogado Juan Carlos Villarroel, secretario general de Acción Democrática en el municipio Miranda, al sur de Anzoátegui.
«El alcalde de Pariaguán le ha dado la espalda a las necesidades del pueblo y solo se ha dedicado a promover construcciones de concreto que no representan ninguna prioridad sobre todo para la gente más humilde de nuestra comunidad».
Criticó la falta de consideración ante lo que considera prioridades para la gente, como es el acceso a alimentos y medicinas.
«Se preocupa por remodelaciones cosméticas pero muy onerosas como el caso de la Plaza Bolívar, la cual se ha sido destruida por tercera vez sin que haya ninguna justificación valedera para hacerlo».
Aseguró que los enfermos mueren a mengua porque el hospital de Pariaguán carece de los mínimos insumos necesarios como jeringas, suturas, sueros, antibióticos o tratamientos para problemas cardiovasculares; aquí tenemos un hospital donde los quirófanos ni las ambulancias funcionan.
El abogado denunció además que de manera arbitraria el alcalde pretende que la Cámara Municipal le apruebe una reformulación presupuestaria que le permita disfrazar las irregularidades administrativas.
«La demostración más palpable de estas apreciaciones se pueden verificar en el decreto 020-2016 publicado por el alcalde donde solicita incrementar la partida para la remodelación de la plaza de 10 a 25 millones y en la Enma Jaramillo solicita más de 47 millones ya que la misma fue ejecutada sin disponibilidad presupuestaria ni financiera; eso sin mencionar que las referidas remodelaciones distan mucho de ser obras prioritarias para atender las necesidades más sentidas de la población».