La noche del 30 de diciembre es ideal para aprovechar toda la sensibilidad e intuición de la última Luna llena del año, que se produce bajo el signo de Cáncer. En el hemisferio norte se la conoce como la Luna llena Fría; en el sur, como la Luna llena de Flores. No importa el nombre, lo cierto es que la última Luna llena de este complejo 2020 se produce bajo el signo de Cáncer.
A punto de empezar un nuevo año, esta Luna llena que nos acompañará desde el 30 de diciembre implica renovación, ganas de mirar al futuro con ilusión y, al mismo tiempo, nos trae ternura, cuidado y protección.
Es que la fase de Luna llena es propicia para concretar planes, proyectos y todo aquello que estamos madurando. Y el signo de Cáncer representa cualidades como la sensibilidad, la amorosidad, la contención y la intuición.
La Luna llena en Cáncer está en su signo regente. Así, este tránsito despierta toda su energía amorosa de manera intensa, provocando reacciones imprevisible y cambios repentinos. Es una Luna llena que nos propone mirar hacia el futuro sin detenernos demasiado en el pasado. Con información de El Clarín de Argentina.