El Tigre.- Lo que pasó en el mercado conocido como «Puente Ayala» este martes 25 de septiembre es algo que siempre ha estado latente. Un trabajador informal perdió su lote de espaguetti y arroz, así como el dinero en efectivo que tenía en el puesto, luego que un cliente se empeñó en decir que debía aceptarle billetes de 5 y 10 bolívares fuertes, el buhonero se negó y fue saqueado por completo.
«El tipo gritó vamos a saquearte, vamos a saquearte y la gente se embochinchó», cuenta un trabajador presente en el momento del revuelo. Explicó que dos muchachos que estaban en plan de robo fueron golpeados por los vendedores hasta que llegó la Policía Municipal y la Guardia Nacional Bolivariana. Un menor de edad se lanzó sobre la mercancía para evitar que se la quitaran y terminó inconsciente producto del desespero de los facinerosos.
Todo eso ocurrió antes de mediodía y después de una falsa asamblea coordinada por la Oficina Municipal para la Defensa de los Derechos Económicos y Atención al Ciudadano (Omdeac), en el mercado de la avenida 5 bautizado como El Luchador.
Su director, Carlos López declaró a los medios de comunicación y al personal de prensa de la municipalidad, que «todos aquellos comerciantes formales o informales que se dediquen a especular serán sancionados», en función de hacer valer la lista de precios acordados de 25 productos, medida emanada por el presidente Nicolás Maduro. Sin embargo, cuando los comerciantes pidieron el derecho de palabra los funcionarios de la Alcaldía de Simón Rodríguez lo negaron argumentando que era una asamblea «informativa».
Los cambios en Puente Ayala
En esa estructura descampada donde funcionan cientos de trabajadores informales que venden alimentos secos, verduras y productos de limpieza, el negocio era el dinero en efectivo. Desde que entró en vigencia el 20 de agosto el nuevo cono monetario y la más reciente orden de Maduro de permitir retiro ilimitado de efectivo en los bancos, Puente Ayala cambió. La inestabilidad y la incertidumbre sacó de circulación a varios comerciantes que ahora venden a sus contactos cercanos, en bajo perfil desde sus casas. Otros menos arriesgados mantienen los productos escondidos.
«Cuando comenzó a fluir el billete, los precios aumentaron», explica otro vendedor del lugar. «Maduro soltó los reales pero ahora no hay comida», agrega. Desmiente que el mercado esté cerrado, pero está consciente que es muy probable que ocurra.
La mercancía fue vendida en este mercado a precios muy atractivos durante mucho tiempo, desde el mes de abril cuando más de 500 buhoneros de la zona centro de El Tigre fueron reubicados en distintos mercados de la ciudad. El arroz, la harina de maíz, de trigo, el azúcar, era vendida hasta 50% menos del valor que tenía en un abasto asiático o alguna bodega de venezolanos. Por eso era común escuchar «voy a comprar a Puente Ayala» porque la plata rendía más. Pero esa oferta es hoy inexistente. El sobreprecio es el nuevo negocio.