Según el alto comisionado para la Paz de Colombia, Danilo Rueda, el disidente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) «Iván Márquez» está vivo. Según el funcionario, Marquéz autorizó que el estado mayor de la Segunda Marquetalia se acerque a la política de «paz total» del presidente Gustavo Petro.
«Ha habido ya un acercamiento pero no ha estado ‘Iván Márquez’, que está vivo y enfermo, convaleciente, según lo que se ha informado», dijo Rueda en una entrevista con el noticiero CM&.
Confirmó que el líder de las FARC ha enviado mensajes queriendo sumarse a la paz. Agregó que hay un grupo de los disidentes que se ha acercado a los diálogos de exploración.
Según Rueda, la Segunda Marquetalia ha manifestado su disposición a hacer parte de la paz como “lo ha hecho una estructura armada conocida” como Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), que es la principal banda criminal del país y se le conoce también como Clan del Golfo.
Informó, por otra parte, que ha tenido reuniones con los disidentes «en un lugar de Colombia que ya el país conocerá».
Desde su llegada a la presidencia, Petro propuso la «paz total», una ambiciosa apuesta para llevar a la mesa de negociación a los grupos al margen de la ley que todavía operan en el país.
La idea es lograr con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) un acuerdo como el que se alcanzó en su momento con las FARC, y con las bandas criminales y disidencias, algún tipo de arreglo jurídico o de sometimiento a la Justicia.
Iván Márquez fue uno de los líderes guerrilleros que abandonó el proceso de paz firmado en 2016 entre las FARC y el gobierno colombiano. Fundó, junto a cabecillas como “Jesús Santrich”, «Romaña» y «El Paisa» la Segunda Marquetalia.
El 30 de junio, Luciano Marín Arango fue víctima de un atentado del que se especuló que había fallecido. Sin embargo, la disidencia de las FARC divulgó el domingo 10 de julio un comunicado en formato de video en el que afirman que Iván Márquez estaba vivo y en buen estado de salud.
Esa información fue ratificada por el entonces ministro de Defensa de Colombia, Diego Molano, quien aseguraba que el líder guerrilero era atendido en un hospital en Caracas.