La Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) de Brasil informó este martes que aprobó el inicio de ensayos clínicos de una cuarta vacuna contra el coronavirus en el país, desarrollada por el grupo Johnson & Johnson.
El organismo estatal señaló en un comunicado que ha autorizado las pruebas de la tercera etapa del antígeno “Ad26.COV2.S”, desarrollado por la farmacéutica belga Janssen Pharmaceuticals, del grupo Johnson & Johnson, que deberán incluir a 7.000 voluntarios mayores de 18 años en siete estados brasileños.
Anvisa no precisó cuándo comenzarán las pruebas de la que será la cuarta vacuna experimentada en el país, pero aseguró que “serán conducidas en etapas” y que cada una de ellas “solo será iniciada si los resultados” obtenidos son “satisfactorios para la continuidad del estudio”.
Agregó que el comienzo de los ensayos clínicos en humanos dependerá de la aprobación del Consejo Nacional de Ética en Pesquisa (Conep) y de la organización interna de los investigadores para el reclutamiento de los voluntarios.
En números absolutos, Brasil es el segundo país del mundo más castigado por la pandemia del nuevo coronavirus, detrás de Estados Unidos, y ya contabiliza unos 108.000 muertos y más de 3,35 millones de infectados.
Ante ese escenario, la Anvisa indicó que ha adoptado “estrategias” para acelerar los análisis y decisiones sobre cualquier demanda que “tenga como objetivo el enfrentamiento de la Covid-19”.
Brasil participa ya en los experimentos de otros tres antígenos que se encuentran en la tercera y última etapa de pruebas, que busca determinar la eficacia y seguridad de la droga, es decir, si es capaz de proteger a los individuos con el mínimo de efectos adversos.
El pasado 2 de junio, Anvisa autorizó el ensayo de la vacuna desarrollada por la británica Universidad de Oxford y la farmacéutica AstraZeneca y, un mes después, dio el visto bueno para los test de la fórmula investigada por el laboratorio chino Sinovac.
Igualmente comenzaron sus experimentos en el país la empresa alemana BioNTech y la farmacéutica estadounidense Pfizer.
A esas cuatro vacunas se espera sumar la polémica Sputnik V, de Rusia, y otras dos desarrolladas por China, pero que todavía no recibieron el aval del regulador brasileño.
Brasil completó este lunes cinco meses desde la primera muerte por la enfermedad con una media diaria que ronda los 1.000 fallecidos desde finales de mayo, lo que hizo que se convertiera en uno de los principales laboratorios de pruebas a nivel global en la búsqueda de una vacuna.