La Asociación Venezolana de Industriales de la Harina de Maíz (Venmaíz) y la Asociación Venezolana de Molinos de Arroz (Asovema), emitieron un comunicado al país alertando sobre las consecuencias de imponer aranceles de hasta 20% a las importaciones de maíz y arroz paddy, según recientes anuncios del Ejecutivo Nacional.
“Esta medida se traduce en un inmediato encarecimiento de la materia prima para la elaboración tanto de la harina precocida de maíz como del arroz de mesa, que perjudicará, principalmente, a los consumidores venezolanos”, indica el texto.
Las asociaciones aseguran que esta medida puede impactar al sector industrial con un incremento de esta dimensión en los principales componentes de su estructura de costos, y en medio de un escenario de recientes aumentos en los precios internacionales de ambas materias primas, puede acarrear consecuencias que amenazan gravemente a productores, transportistas, comerciantes y consumidores, en momentos en los que todo este circuito se encuentra en una situación límite.
A continuación el comunicado íntegro:
A la Opinión Pública
La Asociación Venezolana de Industriales de la Harina de Maíz –Venmaíz– y la Asociación Venezolana de Molinos de Arroz –Asovema– alertan a las autoridades y a los venezolanos en general, acerca de las consecuencias de imponer aranceles de hasta 20% a las importaciones de maíz y arroz paddy, según recientes anuncios del Ejecutivo Nacional.
Esta medida se traduce en un inmediato encarecimiento de la materia prima para la elaboración tanto de la harina precocida de maíz como del arroz de mesa, que perjudicará, principalmente, a los consumidores venezolanos.
Ambas industrias vienen trabajando a la capacidad que permiten las condiciones actuales del mercado. Este esfuerzo por sostener la producción nacional ha contribuido a crear condiciones de mayor disponibilidad de alimentos para la población, ha mantenido viva a toda la cadena alrededor de ambos productos, que incluyen cientos de miles de empleos directos e indirectos, en todos los estratos sociales, y ha permitido que los venezolanos sigan teniendo acceso a estos dos rubros esenciales.
Impactar al sector industrial con un incremento de esta dimensión en los principalescomponentes de su estructura de costos, y en medio de un escenario de recientes aumentos de los precios internacionales de ambas materias primas, puede acarrear consecuencias que amenazan gravemente a productores, transportistas, comerciantes y consumidores, en momentos en los que todo este circuito se encuentra en una situación límite.
La industria nacional considera que una política arancelaria sana debería orientarse a imponer gravámenes contra aquellos productos terminados que se han convertido en factores de desequilibrio para la Venezuela productiva por la que todos luchamos. Gravar la importación de las materias primas de la industria venezolana, tal como se ha anunciado, produce el efecto contrario y amenaza a los sectores que luchan para mantenerse a flote.
Como siempre hemos sostenido, consideramos que las políticas agroalimentarias deben surgir de un diálogo oportuno y constructivo, al que siempre estamosdispuestos a sumarnos, y en el que deben participar todos los sectores, incluyendo el Ejecutivo Nacional, la industria procesadora y también los productores nacionales, para quienes deben crearse los estímulos más adecuados, en línea con la sostenibilidad de la industria y con las apremiantes necesidades de los consumidores.
Una política agroalimentaria que promueva el autoabastecimiento de maíz y arroz para la industria transformadora, como la que se llevó adelante hasta el año 2006, debe considerar todos los aspectos: financiamiento, seguro para la actividad agrícola, suministro de agroquímicos, insumos, maquinaria y producción de semillas, entre otros.
La aplicación de aranceles de importación conduce al aumento de los costos para la agroindustria y de los precios al consumidor, y promueve la importación de productos terminados desde otros países, a pesar de que en Venezuela existe capacidad suficiente e incluso excedentaria en ambos rubros, para producir todo lo que requiere la población.
Como es sabido por todos los venezolanos, la industria nacional está en capacidad de ofrecer un portafolio de productos conocidos por su calidad y disponibilidad. Hacemos un llamado para que la política arancelaria no se convierta en un nuevo obstáculo para la producción nacional y, muy por el contrario, contribuya con la construcción de condiciones para una mayor seguridad alimentaria y la satisfacción de las inmensas necesidades de la gente. Con información de Finanzas Digital.