El domingo 30 de noviembre, 200 pasajeros procedentes de Barcelona, España, fueron evacuados del avión correspondiente al vuelo 67 de American Airlines, luego de recibir una falsa alarma de supuestos artefactos explosivos.
En todo el aeropuerto internacional John F. Kennedy de Nueva York, se activó el protocolo de emergencia. La Policía informó a medios de comunicación “intervino por precaución para inspeccionar la aeronave luego de recibir una llamada de teléfono”.
En horas de la tarde el Pentágono informó que no habían encontrado ningún artefacto sospechoso. Sin embargo, continúan las investigaciones por parte del Departamento de Policía de la Autoridad Portuaria, el Departamento de Policía de Nueva York y la Oficina Federal de Investigaciones.