En el día de pascua, y a través del relato evangélico, el anuncio de la resurrección se dirige a todos los hombres por los mismos ángeles y, después de ellos, por las piadosas mujeres a la vuelta del sepulcro, por los apóstoles y por los cristianos de las generaciones pasadas, ahora vivas para siempre en El que vive.
Sus palabras son una invitación, casi una provocación. Esas palabras hacen resurgir en el corazón de cada uno de nosotros la pregunta fundamental de la vida ¿Quién es Jesucristo para ti?
Esta pregunta se quedaría para siempre como una herida dolorosamente abierta si no indicara al mismo tiempo el camino para encontrar la respuesta. No hemos de buscar entre los muertos al Autor de la Vida.
No encontraremos al Señor Jesús en las páginas de los libros de historias o en las palabras de quienes lo describen como uno de tantos maestros de sabiduría de la humanidad.
El Maestro, libre ya de las cadenas de la muerte, viene a nuestro encuentro: a lo largo del camino de la vida se nos concede encontrarnos con él, que no desdeña hacerse peregrino con el hombre peregrino, o mendigo o simple hortelano.
El Resucitado, inaprensible, el totalmente Otro, se deja encontrar en su Iglesia enviada a llevar la Buena noticia de la resurrección hasta los confines de la tierra.
Queda una cuestión importante: ponernos en camino al alba, no demorarnos más encadenados como estamos por los prejuicios y los temores, sino vencer las tinieblas de la duda con la esperanza.
¿Por qué no habría de suceder todavía que encontráramos al Señor Jesús vivo? Más aún, es cierto que puede suceder. El modo y el lugar serán diferentes, personalísimos para cada uno de nosotros. El resultado del acontecimiento, en cambio será único: la transformación radical de la persona.
Esta realidad ocurre en nuestro mundo de hoy, en la sociedad de la tecnología, de las redes, del disfrute inacabable, existen hombres y mujeres, adultos y jóvenes, dedicados a servir sin límites; a enseñar a niños y niñas a leer y escribir bien; jóvenes que estudian medicina o derecho y atienden a la personas ad honorem.
Cristo resucitado quiere poner una fiesta en el corazón de cada persona. Feliz Pascua de Resurrección.
09/04/2023
+José Manuel, Obispo