Ya iniciaron los trabajos del Sínodo de los Obispos. Hombres, mujeres, obispos, presbíteros, laicos y religiosas. Un mundo que está atento a lo que se va a discutir ya que todo esto marcará la Iglesia de hoy y de mañana.
En el mes de Octubre del 2021 fue la fase inicial con consultas en las diócesis; posteriormente, en Enero 2022 se recogieron las propuestas diocesanas y fueron sintetizadas a nivel de las conferencias episcopales y estas fueron compartidas a nivel continental. En America Latina y el Caribe, el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) fue el espacio que sirvió para sintetizar las propuestas.
El sínodo de la sinodalidad tiene como lema “Por una iglesia sinodal: comunión, participación y misión”.
El sínodo surgió el 15 de septiembre de 1965 cuando el Papa Pablo VI quiso responder a las sugerencias de los padres del Concilio Vaticano II sobre la necesidad de crear una instancia que permitiese mantener vivo el espíritu de colegialidad nacido de la experiencia conciliar.
El Sumo Pontífice consideró que era preciso tener una especie de senado conformado por obispos elegidos por las mismas conferencias episcopales para asesorar al Papa en el gobierno de la Iglesia Universal, obispos que experimentan el trabajo diario en sus diócesis.
La “puesta al día” (aggiornamento) generada por el Concilio Vaticano II (11 de Octubre de 1962-08 de Diciembre de 1965) llevó también a lo que se llamó la “internacionalización” de la Curia Romana, lo cual permitió que el quehacer eclesial tuviese una visión mas global y no solo eurocéntrica.
Los cambios continuaron a tal punto que en la Sede de Pedro hoy está un Papa venido del “fin del mundo” y que ha aportado la visión de toda la experiencia de la Iglesia Latinoamericana y del Caribe. Esto sin duda ha servido para que el intercambio de experiencias se acrecentase.
Y la Iglesia se “hizo diálogo” para encontrarse con todos los sectores de la sociedad y compartir con toda la humanidad la belleza de creer en Cristo; optó por usar la “fuerza del amor” y hacerse compañera de camino de la humanidad.
Con el primer Papa latinoamericano se retoma, con mayor fuerza, todo el aire de novedad y renovación que había generado el Vaticano II, para que toda la energía del evangelio pueda impregnar los ámbitos eclesiales y permitan que la comunidad eclesial pueda cumplir la tarea que el Señor Jesús le ha confiado: evangelizar.
El Santo Padre Francisco en la homilía de la misa de apertura del Sinodo el 04 de Octubre, ha llamado a asumir el estilo del Pobrecillo de Asís: en tiempo de crisis no criticó a nadie sino que asumió el estilo de vida evangélico: pobreza y humildad.
08/10/23
+José Manuel, Obispo