Janira Gómez Muñoz / France24
En junio de 2019, varios jóvenes prendieron sus teléfonos y cantaron de forma pacífica por un futuro mejor para su país. Entre ellos estaba el japonés Yasuyoshi Chiba que, sin saberlo, capturó no solo la foto del año del premio World Press Photo, sino también una «esperanza» en tiempos de protesta. Chiba rememoró ese instante con France 24.
El día en que Yasuyoshi Chiba tomó esta foto, un 19 de junio de 2019, la oscuridad alumbró algo de paz en Jartum. Una paz escenificada por varios jóvenes con teléfonos móviles, mientras en el centro uno de ellos, con la mano en el corazón, recitaba a la multitud un poema. Un poema, unos famosos versos de protesta, en medio del grito de ‘Zaura’, en árabe, ‘revolución’.
Estar ahí, presenciar algo «bonito» como «el simple hecho de que la gente esté recitando poemas para protestar en circunstancias tan complicadas», le ha valido al fotógrafo japonés Chiba ser la gran imagen del año del concurso World Press Photo que, por el nuevo coronavirus, no ha podido materializar con honores su premiación número 63.
Cada año la organización elige una gran fotografía y premia a otras en categorías que van desde las problemáticas contemporáneas hasta la actualidad, pasando por el retrato, el medio ambiente, la vida cotidiana o el deporte. La escogida como foto de este 2020 roza lo místico, lo inclasificable, pero comparte ese halo de azar y destino de toda gran captura.
«Creía que estaba llegando muy tarde»
Y es que desde un principio Yasuyoshi Chiba creyó que jamás iba a poder poner un pie en Sudán: «Estuve dos meses esperando a partir», relató a France 24. Ya que desde la caída del entonces presidente Omar al-Bashir, destituido por el Ejército el 11 de abril de 2019 y tras meses de manifestaciones, Chiba estuvo listo para volar desde Kenia, donde vive y trabaja como fotógrafo principal de la agencia de noticias AFP para África Oriental y el Océano índico.
Solo que dicho viaje, dicha motivación por ir a una «buena atmósfera, de gente contenta, solidaria y pacífica», no tuvo lugar hasta junio, cuando le dieron una visa:
«Creía que todo había terminado y que estaba llegando muy tarde». Pero no fue así.
Porque tras el fin de 29 años de Al-Bashir, acusado de corrupción y crímenes de guerra, en el país se estableció un Gobierno interino de transición militar que durante el tiempo que duró (hasta alcanzar en julio un acuerdo político con la oposición) no cesó de generar violencia. Ese mismo mes de junio, un grupo militar mató, hirió e hizo desaparecer a cientos de manifestantes que, frente al Ministerio de Defensa de Jartum, reclamaban que el poder pasara a manos de civiles.
«Cuando llegué, todo era silencio. No se veía a manifestantes en las calles», rememora Chiba. Tras la tragedia, ese era el panorama que había dejado la represión de las autoridades militares, que se encargaron de bloquear Internet y cortar cualquier comunicación. Así, ante esas medidas, la oposición no dudó en organizar reuniones nocturnas clandestinas; y así, en una de esas noches, la del 19 de junio, y bajo un apagón total, fue como se produjo esta fotografía.
Una instantánea de la «energía colectiva» durante la revolución
«La gente empezó a unirse, a cogerse de las manos y a repetir en árabe la palabra revolución (…) Estábamos sumergidos en la oscuridad absoluta, pensé que sería imposible hacer la foto. Pero los manifestantes empezaron a sacar sus teléfonos para iluminar la escena, y este adolescente empezó a recitar un poema», describe el galardonado fotoperiodista, formado en la Universidad de Artes de Musashino en Tokio y otrora trabajador del periódico japonés ‘Asahi Shimbun’.
Según Yasuyoshi Chiba, que en ese momento estuvo acompañado de otros colegas de AFP, este grito pacífico, el canto de este poema antigubernamental, fue el único acto tranquilo que vivió en el país: «Fue un momento muy especial. Quise capturar esta energía colectiva, esta solidaridad en la revolución porque era la primera vez que vivía eso tan intenso. Estaba fascinado (…) ¡En Japón no recitamos un poema en las manifestaciones! Cuando uno siente una emoción como esa, sabe que la foto va a ser muy buena».
Chiba fue a Sudán «por información» y retrató, como él dice, «el contexto cultural de este país», en una imagen que hoy ha dado la vuelta al mundo bajo el nombre de ‘Straight Voice‘ (‘Voz erguida’) y con la que espera «atraer más atención a la situación en Sudán y sus elecciones», previstas para el próximo año 2022.
Para Chris McGrath, fotógrafo de Getty Images y miembro del jurado del World Press Photo, esta imagen «resume los disturbios que hubo en todo el mundo (en 2019) por personas que quieren un cambio». Para Lekgetho Makola, también parte del jurado, ver a un joven que «no dispara, no tira una piedra, sino que recita un poema, es reconocer y expresar un sentido de esperanza». Y hoy, en tiempos de «mucha violencia y conflictos, es importante tener una imagen que inspire».
Por ese rayo de esperanza, Yasuyoshi Chiba también ha logrado ser el primer japonés en llevarse este premio en los últimos 40 años y, en su caso, tras ganar otras categorías del World Press en 2009 y 2012. Hoy, aunque la pandemia se lo impide, quiere compartir «este bello reconocimiento» con los protagonistas de la foto, sobre todo con el líder del verso. «Espero poder encontrarlo la próxima vez que vaya a Sudán para poder darle las gracias», confiesa a France 24.
Entre los otros grandes ganadores de esta edición se encuentra el francés Romain Laurendeau (World Press Photo Story), por una serie de imágenes sobre jóvenes argelinos que desafiaron al Estado e inspiraron a la población a unirse.
Foto de portada:
© Yasuyoshi Chiba / AFP ‘Voz erguida’ o ‘Voz firme’ es el título de la foto ganadora del Gran Premio del concurso World Press Photo, autoría del fotoperiodista japonés Yasuyoshi Chiba, quien la capturó en Jartum, Sudán, el 19 de junio de 2019.