Detectives del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), ultimaron a cinco jóvenes, presuntamente implicados en el asesinato de Gustavo Adolfo Román Linares, ocurrido la madrugada del sábado en la autopista José Antonio Anzoátegui.
De manera extraoficial se conoció que el quinteto robó la camioneta marca Toyota, modelo Autana, propiedad del comisionado de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), cuando se encontraba frente al local «El fogon de Luisa» en la autopista José Antonio Anzoátegui.
Transcendió que los funcionarios se encontraban en labores de investigaciones para dar con el paradero del vehículo y de los responsables del crimen. En medio de las averiguaciones consiguieron a los supuestos antisociales en el sector Mesones de Barcelona y se produjo un intercambio de disparos.
Los agentes lograron herir al quinteto. Los trasladaron hasta la emergencia del hospital Razetti de la capital anzoatiguense, pero perecieron tras su ingreso. Quedaron identificados como Eliezer René Micel Bello (19), alias “morocho”, Juan Daniel Villazana (20), apodado “juancito”; Franklin José Rodríguez Buriel (18) “papiño”; Luis Carlos Mejías (20) “el gordo” y otro conocido como «Miguelón».
Se supo que los detectives recuperaron cinco armas de fuego, que presuntamente fueron usadas por los sujetos para atacar a la comisión de la policía científica. Posteriormente localizaron la camioneta de la víctima calcinada.
Testimonio de familiares
El padre de Eliezer, René Micel mencionó que los cinco muchachos eran amigos y residían cerca del lugar donde los ultimaron. “Ellos se encontraban en una licorería cerca de la parada de La Ceiba en Mesones, cuando llegaron los Cicpc y los ajusticiaron”.
Afirmó que no hubo ningún enfrentamiento porque los jóvenes no dispararon. Aseguró que los funcionarios llegaron violentamente hasta el lugar, los arrodillaron, dispararon a un bombillo para que todo quedara a oscuras y luego los mataron.
Señaló que Juan y su hijo eran como hermanos porque desde niños se la pasaban juntos. Agregó que ambos trabajaban con él una finca como agricultores y ganaderos. Mientras que Mejías se ganaba la vida laborando en un abasto del sector.
Los cadáveres de los abatidos fueron ingresados al Servicio Nacional de Médico a y Ciencias Forenses (Senamecf), ubicado en Tronconal III de Barcelona.