Trinidad y Tobago es el país caribeño con la mayor fuente de captación yihadistas del hemisferio occidental en términos de reclutas per cápita, según varios artículos publicados por ‘The New York Times’.
Las autoridades de la isla están preocupadas ya que en los últimos años, más de 125 de su millón 300 mil habitantes han viajado a Irak y Siria para integrarse en las filas del Estado Islámico, frente a los 250 de casi 325 millones de estadounidenses que se han unido a los extremistas o han intentado viajar a Siria hasta finales de 2015, según un informe del Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes de EE.UU.
Trinidad y Tobago ha propuesto una legislación para atajar el flujo de fondos para los islamistas radicales en el extranjero y establecer penas criminales a quienes entregan esas cantidades. Al país le preocupa “el dinero que abandona” sus límites “y podría utilizarse en actividades terroristas”, según ha reconocido su ministro de Seguridad Nacional, Edmund Dillon.
A los altos cargos de EE.UU. les inquieta que exista un lugar propicio para los extremistas tan cerca de sus fronteras y ataquen instalaciones diplomáticas o petroleras estadounidenses en el país caribeño o se trasladen a tierras norteamericanas.