Trinidad y Tobago no se convertirá en un campo de refugiados venezolanos, indicó Keith Rowley, primer ministro de la isla caribeña.
Rowley explicó en una rueda de prensa reseñada por el diario local NewsDay, que Trinidad y Tobago es un país generoso y afectuoso con la situación de Venezuela. Sin embargo, hizo énfasis en que su gobierno ayuda «como es capaz de hacerlo».
Aseguró que se tergiversaron los hechos relacionados con la deportación de 82 venezolanos que ingresaron a la isla. «Este país no permitirá, sin protestas, que ninguna agencia internacional tergiverse nuestras circunstancias ante el mundo y permanezca en Trinidad y Tobago».
«Teniendo en cuenta que no somos China, Rusia o Estados Unidos, somos una pequeña isla, tenemos espacio limitado para 1,3 millones de personas. Por lo tanto, no podemos y no permitiremos que los voceros de la Organización de Naciones Unidas nos conviertan en un campo de refugiados», expuso el jefe de Estado.