Tras siete horas de reunión, Grecia aceptó la mayoría de las líneas rojas como la presencia del Fondo Monetario Internacional en el programa, que no haya quita en la deuda y la creación del fondo de 50.000 millones. A cambio, los acreedores cedieron en eliminar del documento la posibilidad de que Grecia abandone el euro.
Con información de ElMundo.es:
Los líderes de la Unión Europea plantearon al primer ministro griego, Alexis Tsipras, la elección más difícil de su carrera: la capitulación absoluta en términos muy próximos a la humillación o la salida del euro. Sin matices, sin grises. Tsipras convocó un referéndum y ayer, sus colegas, antes socios, se tomaron una venganza fría.
Tras seis meses de negociaciones, Wolfgang Schäuble tuvo su momento y no tuvo reparos en que el mensaje se difundiera. Pese al riesgo, pese a las consecuencias, pese a que el Gobierno de Tsipras tiene muy complicado resistir tanto al sí como al no de unas propuestas tan duras.
«Estoy aquí para lograr un compromiso honesto. Se lo debemos a la gente que quiere una Europa unida y no divida. Podemos alcanzar un acuerdo si todas las partes quieren», señaló Tsipras a su llegada. La alternativa estaba muy clara. Era la última frase del borrador, puesta e impuesta por Berlín: «En caso de que no haya acuerdo, se debería ofrecer a Grecia una salida temporal de la Eurozona, con la posibilidad de una reestructuración de la deuda». El temido Plan B. «Lo van a aceptar todo, no tienen otra», indicó a EL MUNDO un ministro europeo a la salida.