En los años 60, 70 y 80 las supersticiones se mezclaban con la fe de los orientales para manifestar respeto y no disgustar a Dios durante la Semana Santa.
La creencia más popular prohibía bañarse en la playa ni el jueves ni viernes Santos porque se podían convertir en pescado, contó Alejandrina Marín, de 73 años.
Recuerda aquella época de mucho respeto en la casa de sus abuelos, ubicada en Cumaná, en donde no se podía ni limpiar en esos días.
Relató Alejandrina que en su casa ninguna persona podía realizar “oficios” y mucho menos utilizar objetos cortantes hasta el Sábado de Gloria.
Por muchos años la gente tenía la creencia que no debían acercarse a una mata de limón u otra planta con espinas, porque si alguien se pinchaba “tenía el riesgo de sentir en la cabeza la corona de púas que le fue colocada a Jesuscristo, momentos antes de ser crucificado”, escribió el historiador Luis Torres.
Muchas costumbres que pasaron de generación en generación, se perdieron y «quedó en un segundo plano el respeto hacia las tradiciones religiosas» en la semana más importante del calendario litúrgico, lamentó Petra Álvarez, de 85 años.
Refiere esta barcelonesa que los “actos carnales” estaban prohibidos en los días que se recordaba la pasión, muerte y crucifixión del hijo de Dios.
“Se debía hablar en voz baja y eran días de recogimiento personal, se evitaba decir groserías y mentiras”, apuntó.
Rituales santos
- El jueves se recuerda el lavatorio de los pies a los 12 apóstoles que realizó Jesús.
- El viernes, día de recogimiento personal, fieles evocan la crucifixión de Jesús.
- El sábado es de Gloria, porque esperan en vigilia la resurrección del hijo de Dios.