Los bombardeos de las aviaciones rusa y siria contra posiciones del Estado Islámico (EI) en Siria dejaron decenas de muertos, informó el sábado una ONG.
La ONU aprobó por su lado la adopción de “todas las medidas necesarias” para combatir a la organización yihadista, que controla gran parte de Siria e Irak.
Rusia, aliada del régimen sirio, intensificó sus bombardeos contra el EI después de que el presidente Vladimir Putin prometiera responder al atentado contra un avión ruso en el Sinaí egipcio, reivindicado por el grupo yihadista.
“Por lo menos 36 personas, entre ellas 10 niños, murieron y decenas resultaron heridas en más de 70 bombardeos realizados por aviones rusos y sirios en varias localidades de Deir Ezor” el viernes, dijo a la AFP Rami Abdel Rahman, director del OSDH.
Los ataques estaban dirigidos contra barrios de la ciudad de Deir Ezor, así como contra tras localidades de la provincia, como Mayadin y Bukamal, y tres campos petrolíferos, precisó.
La provincia de Deir Ezor, con importantes yacimientos petrolíferos, está en manos del EI, que también controla la mayor parte de la capital provincial, excepto el aeropuerto militar y algunos barrios cercanos en manos del régimen.
Los rebeldes yihadistas lanzaron nuevos y violentos ataques contra ese aeropuerto el sábado.
Navíos rusos también lanzaron 18 misiles de crucero contra objetivos en las provincias de Raqa (noreste), Idleb (noroeste) y Alepo (noroeste).
Rebeldes no yihadistas, entre ellos ellos milicianos de la minoría turcófona de Siria, retomaron por su parte el control de dos aldeas del norte del país que estaban ocupadas por el EI, Harjaleh y Dalha. Para lograrlo contaron con apoyo aéreo turco y estadounidense.
Turquía quiere una “zona de seguridad” destinada a acoger a los desplazados y refugiados sirios en el extremo norte de este país.