La Conferencia Mundial de Robots de Pekín inauguró su edición anual con más de medio millar de máquinas inteligentes y una clara apuesta por incluir éstas en nuevos sectores productivos, desde profesores hasta recepcionistas.
«El costo de estos robots actualmente es alto, de unos 100.000 dólares, pero cuando podamos bajarlo hasta 20 o 30 mil veremos pronto muchos más robots en los centros comerciales chinos», vaticinó en declaraciones a Efe, Hansen Shu, consejero delegado de la firma Robosen.
Autómatas de su firma, algunos con aspecto de protagonistas de la saga Transformers, bailan para los visitantes de la conferencia, entre ellos muchos niños, y según Shu el reto ahora es introducir en estos productos inteligencia artificial, algo que según él está comenzando y va lento, pero es el único camino.
La conferencia muestra también robots «médicos» como Cancan, aunque su funcionamiento es similar al de los recepcionistas: disponen de una pantalla informativa en su cara o en su pecho, sensores para no chocar con viandantes, son capaces de escuchar al usuario y le dan información.
«Cancan escucha la enfermedad que tiene el paciente y le encamina al lugar del hospital donde puede ser atendido o a la farmacia del centro médico y le da consejos sobre como tratarse», explica uno de los responsables de la firma Canze, que desarrolla el autómata, aunque según él aún no está preparado para sustituir a los médicos de carne y hueso.