Este marte 29 de octubre, Saad Hariri dimitió durante un discurso televisado en el que afirmó estar “en un callejón sin salida”, tras la ola de protestas que ha paralizado al país durante más de una semana.
La agencia Reuters afirma que los manifestantes acusan a las autoridades de corrupción y de provocar un colapso económico. La renuncia de Hariri se produce a pesar de la influyente organización chiita Hezbolá, que insistía en que el mandatario debía mantener su puesto para evitar un vacío de poder.
Días atrás, el gabinete de Hariri anunció reformas que incluian recortar a la mitad los salarios de todos los diputados, ministros y otros oficiales y exfuncionarios de alto rango. Pero no fue suficiente.
Analistas afirman que estas movilizaciones son las más grandes desde 2005, cuando los movimientos populares provocaron la salida del país de las Fuerzas Armadas de Siria.