El compromiso en la lucha contra el narcotráfico y por la restauración de la democracia venezolana, fueron los principales temas del encuentro en Cartagena de Indias entre el presidente Iván Duque y el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo.
Desde la Casa de Huéspedes del Gobierno en esa ciudad caribeña, Pompeo manifestó preocupación por «el incremento de producción de cocaína en Colombia desde 2013 y las repercusiones que tiene en ambos países».
El norteamericano llegó a Cartagena procedente de Brasil, donde asistió a la investidura de Jair Bolsonaro como presidente de ese país, para la reunión en la que además participaron varios ministros del gabinete de Duque, así como el embajador de Estados Unidos en Bogotá, Kevin Whitaker, y el de Colombia en Washington, Francisco Santos.
La Casa Blanca ha alertado sobre el aumento de las hectáreas sembradas de coca en Colombia desde 2013, pues según un informe del Gobierno de EEUU los cultivos aumentaron un 11 % en 2017 hasta alcanzar la cifra récord de 209.000 hectáreas, mientras que la producción potencial de cocaína pura también subió un 19 %.
«Todos los países que defendemos la democracia, todos los países que compartimos el valor de la democracia, debemos unirnos para rechazar la dictadura de Venezuela», dijo Duque, quien destacó la ayuda recibida por parte de EEUU para atender la crisis migratoria.
Al respecto, Pompeo valoró el trabajo de Colombia, país al que calificó como «un líder natural en los esfuerzos regionales para apoyar la democracia y el estado de derecho. Colombia ha hecho muchísimo para apoyar a más de un millón de venezolanos (…) que se escaparon de la crisis por el régimen de Maduro y la falta de Gobierno de este régimen autoritario», aseveró el secretario de Estado.
También recordó que EEUU ha destinado para Colombia 55 millones de dólares en ayuda humanitaria y 37 millones de dólares para asistencia económica por la crisis migratoria.
Según cifras de la ONU, tres millones de venezolanos han abandonado su país para huir de la crisis económica, política y social y de ellos cerca de un millón está en Colombia y 1,4 millones en otros países de América Latina.