Un total de 23 investigadores, 10 de Colombia y 13 del exterior, determinaron que el piloto de Lamia que transportaba al equipo Chapecoense y que se estrelló el 28 de noviembre en Antioquia, Colombia, ocultó información y avisó muy tarde la falta de combustible.
Faltando 4 minutos la aeronave (de 4) se queda con 2 motores. Motores 3 y 4 se apagaron por la misma falta de combustible, situación que no fue reportada por el piloto a la controladora aérea de guardia.
Fredy Bonilla, secretario de Seguridad Aérea de Aerocivil, presentó este martes ante la prensa los detalles pormenorizados del informe preliminar del caso. Con láminas interactivas, también fue posible escuchar grabaciones de la cabina donde queda en evidencia que el copiloto hizo reiterados cálculos de combustible. Podían solicitar hacer recarga en Leticia o Bogotá, «porque se encontraba en el límite de combustible», pero finalmente no lo hicieron, expresó Bonilla.
El plan de vuelo fue presentado ante las instituciones pertinentes de Bolivia y a pesar de no contar la aeronave ni la tripulación con especificaciones exigidas legalmente, fue autorizado.
«La Administración de Aeropuertos y Servicios Auxliares a la Navegación Aérea (
Bonilla informó que la aeronave tenía full combustible (9.300 kg), pero para poder cumplir la ruta debía hacer escala en el Aeropuerto de Cobija, (Aeropuerto Capitán Aníbal Arab, en Bolivia), como establecía el plan de vuelo. Y esto no se cumplió.
«El plan de vuelo inició en el Aeropuerto Internacional Viru Viru, en Santa Cruz de la Sierra. Se escucha al copiloto interactuar con el piloro por cálculos de combustible pero no solicitan la disponibilidad en Leticia ni en Bogotá».
En el siniestro murieron 71 personas y 6 sobrevivieron.
Bolivia cooperó pero no tanto
La Fiscalía y Aeronáutica Civil Boliviana prestaron todo el apoyo a la investigación, pero no ocurrió lo mismo con Aasana. «Pedimos permitir el acceso para continuar la investigación e incluir los resultados en el informe final». Bonilla presentó fragmentos del Copy Voice Recorder del avión, obtenido de las cajas negras que fueron analizadas en el centro especializado para esta labor ubicado en Londres.
Conclusiones
- El avión tenía que contar con 5% adicional de combustible (1 hora 45 minutos como mínimo) y no lo tenían.
- Hubo una alarma audible del avión en la que alertaba que ya estaban utilizando los últimos litros de combustible disponibles y que quedaban apenas 20 minutos de vuelo.
- Faltando 8 minutos para el accidente fatal, solicitó prioridad a Control Aéreo Colombiano, sin especificar que se trataba de una emergencia. La controladora aérea de Colombia actuó como si fuese una emergencia y buscó darle vectores. «Ante la solicitud nuestra controladora y da instrucciones a los demás tráficos para darle prioridad a la aeronave boliviana». En ese momento la controladora pregunta cuánto le queda para sostener la aeronave y el piloto reporta que tiene una emergencia, faltando 6 minutos para el accidente.
- Faltando 4 minutos la aeronave de 4, se queda con 2 motores. Motores 3 y 4 se apagaron por la misma falta de combustible. «La controladora le pregunta si requiere un servicio adicional en tierra y el piloto dice que no por los momentos, que le informa más adelante». El piloto tampoco reportó que iba quedando sin motores. Faltando poco más de 3 minutos el avión Lamia se quedó por completo sin motores.
- La falla total eléctrica fue reportada faltando 2 minutos para el impacto. «Por falta de combustible no se activaron sino elementos básicos, horizonte y luz de emergencia».
- Al momento del impacto con un cerro, el avión iba a unos 230 Km por hora.
- Otra irregularidad tiene que ver con más de 350 kilos de más a lo permitido. Sin embargo, Bonilla indicó en la ronda de preguntas de los periodistas, que esto no fue determinante para que ocurriera el accidente.
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