Pablo Pérez
Los tiempos que vive Venezuela son complicados y pueden terminar en un desenlace que no sería el ideal, a menos que el Gobierno entienda que debe respetar y aceptar el derecho constitucional que tienen los venezolanos de buscar salidas legales a un modelo que trajo miseria y deterioro social. Eso no es un golpe, sino el ejercicio pleno de la soberanía popular.
El régimen tercamente se empeña en cercar cualquier mecanismo constitucional para alcanzar el cambio, lo que representa una jugada riesgosa porque el pueblo no aguanta más el impacto de la crisis, además de la manifiesta incapacidad del Gobierno. El país necesita una salida y las instituciones deberían facilitar esa transición. Es lo sano y lógico, aunque pareciera que en el cogollo prevalece lo insano e ilógico.
El Gobierno basa su estrategia de obstaculización del cambio en dos instituciones: el Tribunal Supremo de Justicia y la Fuerza Armada Nacional. No quiero perder mi tiempo en los miembros de la Sala Constitucional y más bien prefiero enviar un mensaje a los militares, porque estoy seguro que la mayoría de sus integrantes son institucionales.
No voy a caer en el error de generalizar y acusar de corruptos a todos los miembros de la Fuerza Armada Nacional. Los enchufados son una minoría y la gran mayoría padece la crisis quizás de peor forma que muchos venezolanos que tienen la oportunidad de desarrollar varias actividades al mismo tiempo.
Le hablo a esa reserva moral que aún existe y que es mayoría en la institución militar. Se trata de evitar que la terquedad de un régimen provoque situaciones incómodas que puedan desembocar en violencia y derramamiento de sangre. Y no se trata de violar la ley, sino de hacerla cumplir.
Nunca he creído en golpes de Estado. Creo en instituciones con independencia, criterio y voluntad para hacer respetar las leyes y salvaguardar el interés colectivo. Por eso se necesita de la actuación de las instituciones, como las FAN, para evitar un desenlace inadecuado a la crisis nacional. El único apellido de la Fuerza Armada es institucional porque no pertenece a una parcialidad política.
Estimados miembros de la Fuerza Armada Nacional: ustedes padecen la crisis y son víctimas al igual que el resto del país de los errores de un modelo que colapsó. Conviértanse en reales guardianes de la paz y el progreso. Eviten una tragedia y la vía adecuada para eso es la realización del Referendo Revocatorio. Los venezolanos esperamos que ustedes cumplan con su deber con la patria. Los venezolanos, incluyendo a los militares, merecemos un mejor presente y un futuro de esperanza.
Pablo Pérez