@CheoTigre
Péndola
La hora de las decisiones
“La peor decisión es la indecisión”
Benjamín Franklin (1706 – 1790)
Político, científico e inventor estadounidense.
ANARQUÍA: total la que reina en la ciudad con relación a la circulación de los motorizados. La alcaldía y la Cámara Municipal, con su inexplicable silencio, pareciera, que apoyan el caos. Esa tolerancia es aprovechada, por un grupito muy reducido de motorizados, para cometer todo tipo de fechorías. La sociedad para cohabitar en sana paz, requiere normativas, que regulen las relaciones y el comportamiento, entre la ciudadanía. La anarquía, tolerada por las autoridades, nos puede conducir a situaciones indeseables y mucho más peligrosas. Llegó la hora de imponer el orden. El que no la debe no la teme. Hay que tomar decisiones.
INSÓLITO: el estado de abandono en que se encuentra el Cementerio General de la ciudad. No hay seguridad de ningún tipo y los servicios de agua, electricidad, caminerías y el desmalezamiento y calles son inexistentes. La cerca de bloques, está derrumbada por el sector que conecta con el barrio “Los Rosales II”, lo que permite que entren y salgan a toda hora con facilidad delincuentes y brujos, que atracan a placer y lo más grave trafiquen con lápidas y osamentas. En esta “involución” ni los difuntos descansan en paz. No olvidéis, que los camposantos públicos, son competencia de las alcaldías. Llegó la hora de que cada quien asuma sus responsabilidades. Hay que tomar decisiones.
LUCRATIVA: la corrupción que hay en la venta y distribución del gas doméstico. La incompetencia de PDVSA-GAS o GAS COMUNAL, crea un mercado negro intolerable para los vecinos, que aparte de las humillantes y largas colas, también tienen que cancelar sobreprecio, para poder obtener una bombona. La alcaldía, que nos habla de la gran ciudad del sur, debería, tal como lo contempla la LOPPM, asumir el control del servicio de gas doméstico e ir ampliando la red de gas directo, instalada en la democracia. Llegó la hora de demostrar con hechos, que PDVSA-GAS, es del pueblo. Hay que tomar decisiones.
COMPARACIÓN: bien estúpida la que hace el gobierno entre el costo de un litro de gasolina y una botellita de agua potable. El consumo de la botellita de agua es optativo y lo que al final se paga es el tratamiento, embotellamiento, manejo, traslado, comercialización y el envase. Los camiones dónde transportan la botellita de agua, los alimentos y los vehículos que prestan el servicio de transporte de pasajeros, no trabajan con agua, los mueve combustible. El país posee las más grandes reservas petroleras del globo terráqueo y en vez de regalarlo a otros países, deberían cobrarlo y dejar a los venezolanos disfrutar del único producto barato del mercado. Es hora de la justicia revolucionaria. Hay que tomar decisiones.
INSISTEN: muchos trabajadores de PDVSA, en la urgente necesidad de practicar una exhaustiva auditoria en la gerencia, que se encarga del alquiler de vehículos y el suministro de alimentos y bebidas, para la empresa. La corrupción, según los denunciantes, es salvaje y espantosa. PDVSA ahora es del pueblo y tiene que ser “administrada” con transparencia. La Contraloría General de la República, debería ordenar esa auditoría, denunciar a los corruptos y detener ese monumental desagüe de los recursos, que son de todos los venezolanos. Es la hora de rendir cuentas. Hay que tomar decisiones ¿O no?
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El Tigre, agosto de 2014
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