César Miguel Rondón
Nicolás Maduro se ha molestado porque Ramos Allup llamó malandras a las rectoras del Consejo Nacional Electoral. Si supiera, presidente, que en la calle les dicen cosas mucho peores. Pero, ciertamente, no se les debería tratar de malandras. Las rectoras deberían ser tratadas con mucho respeto dada su jerarquía y la inmensa responsabilidad que tienen en el país. Pero el respeto no se decreta, el respeto se gana. Y las rectoras en cuestión no se lo han ganado.
A propósito del Referéndum Revocatorio, recién han declarado tres de ellas. Pero cada una por su lado, de manera incoherente, sin concierto, como si fueran pistoleras en una película de vaqueros bufa. La primera página del Diario 2001 ya es elocuente: Hernández: “Verificación de huellas será el 2 de junio”. D´Amelio: “Las planillas están incompletas”. Oblitas: “No tenemos fecha para recoger el 20%”. Tibisay, afortunadamente, guardó silencio.
¿Cuál es la situación?
Panorama lo destaca en su gran titular de hoy, en Maracaibo: “El Consejo Nacional Electoral continúa sin definiciones sobre el referéndum. Los rectores del poder electoral están enfrentados por los tiempos”. A este respecto, una declaración de Socorro Hernández, publicada hoy en El Pitazo, nos dice: “La rectora del Consejo Nacional Electoral negó que el organismo trate de ganar tiempo para apoyar la tesis del Gobierno de que no hay tiempo para realizar el referendo revocatorio este año. “No es un tema de ganar tiempo, es de respetar las normas y que le estamos respetando las garantías a todos los actores políticos”. Pero, precisamente, con relación a esto de respetar las normas, el rector Luis Emilio Rondón, citado en El Nacional en su primera página, afirma contundente “El Consejo Nacional Electoral cambia las reglas a mitad de juego. Mientras Sandra Oblitas y Socorro Hernández afirman que el Referéndum Revocatorio tendrá que realizarse en el 2017, Luis Emilio Rondón presentó un programa con el que, perfectamente, puede hacerse la consulta a finales de octubre.” Y a todas estas, como si también fuera rector o autoridad electoral, Aristóbulo Isturiz ha dicho que no habrá revocatorio este año “ni que la oposición llame a Obama”.
Esta declaración del vicepresidente evidencia que no se asume con seriedad, ni con rigor ni respeto a las normas, el delicado proceso revocatorio que está por delante. Es, sencillamente, jugar al chicle del tiempo. Estirarlo y estirarlo hasta que se pueda. Sin embargo, más allá de este estirar y estirar, las rectoras y el alto gobierno desconocen, porque son obtusos, porque prefieren esconderse ante la realidad, lo que verdaderamente está en juego: nada menos que la paz de la república, nada menos que el presente y el porvenir inmediato de los venezolanos. Pero eso pareciera no importar. Solo importa permanecer en el poder.
Mas si se sigue irrespetando e ignorando la voluntad del pueblo, es probable que aquí ocurran cosas que nadie quiere. Y en ese caso, señor presidente, lo de menos será como llamen a las rectoras del CNE.
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Opinión | De las rectoras, por César Miguel Rondón