Noel Álvarez* Nuestro país se ha convertido aceleradamente en un caos, donde los que debieran propiciar la armonía son los mayores pervertidores de ella. Con este marco conceptual, cualquier cosa que pase no tendría nada de extrañar, sin embargo, los ciudadanos que luchamos para recuperar la sindéresis, nos preocupan algunas situaciones que parecieran propias de un psiquiátrico.
Esta semana, bajaba por una calle de la Candelaria una grúa de tránsito con un carro remolcado. Este último despedía una terrible humareda, aparentemente llevaba las ruedas bloqueadas. En una esquina los alcanzó el propietario del carro, montado en una mototaxi. El señor los increpó sobre el daño que le estaban causando al carro y de seguidas, le propinó un golpe al chofer de la grúa. Cuando la policía acompañante intervino diciendo que a ella no le importaban los daños del vehículo, recibió una patada que la proyectó varios metros por el suelo. Supongo que el señor estará preso. Sin querer justificar la agresión, trato de ponerme en el lugar del ciudadano que presencia atónito como le dañan su vehiculo, sin que nadie asuma la responsabilidad.
Hace unos días bajaba por la autopista Prados del Este y me topé con una kilométrica cola que partía desde el Concresa, supuse que sería un accidente fuerte. Para mi sorpresa, cuando llegué a su cabecera, solo vi un grupo de policías de Baruta que tenían montada una alcabala. Me pregunté ¿tendrán los policías vista de rayos X? Todos los días se forma una interminable cola en el antiguo peaje de Tazón porque la Guardia Nacional monta una alcabala para mirarles la cara a los conductores y registrarle los bolsillos a cuanto incauto tenga la desgracia de escoger esa ruta. Recientemente sufrí los embates de una gigantesca cola en el peaje de Taguanes, ya que, aunque no está operando, los guardias molestan a los conductores y entorpecen el tránsito.
Todos estos procedimientos son de diseño militar y Venezuela que tiene casi 30 millones de civiles, está dirigida por el gobierno más militarista que haya conocido nación alguna. Los militares tienen unos patrones mentales que los civiles no entendemos, pero tampoco ellos parecieran querer hacerse entender, sino temer. El militar manda u obedece, no está formado para cuestionar órdenes pero sí para rechazar explicaciones. Debo decirles a los burócratas, oficialistas u opositores actualmente en funciones de gobierno que la alcabala es el mecanismo más atrasado e ineficiente que nos legaron los españoles y actualmente solo perviven en países con gobiernos autoritarios.
*Coordinador Nacional de “Gente” Generación Independiente
@alvareznv