Nilsa Varela.- Algunas fuentes afirman que el documento, una hoja de ruta presentada este 28 de marzo por Jennifer May Loten, embajadora de Canadá, no se sometió a votación del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), porque varios embajadores se levantaron en protesta por el tono agresivo de los representantes de Venezuela, Delcy Rodríguez y Samuel Moncada.
Otros en cambio aseguran, que esta conducta ya estaba así prevista y forma parte de una estrategia del organismo para seguir presionando al gobierno de Nicolás Maduro a que realice elecciones y también para evitar las sanciones, que incluso la oposición no quiere, de ser aplicada la Carta Democrática Interamericana.
El embajador mexicano en la OEA, Luis Alfonso de Alba, al término de la reunión, explicó a los periodistas, “este texto es el cimiento para una resolución que se preparará en los próximos días y fijará el mecanismo con el que la OEA dará seguimiento a la situación en Venezuela”.
La sesión convocada para las 2 pm, comenzó con retraso de una hora. Fue a las 4 pm que se aprobó el orden del día. Anteriormente los embajadores de Venezuela, Nicaragua y Bolivia trataron de impedir infructuosamente que iniciara la sesión hasta que finalmente se pasó a la votación. El orden del día fue aprobado con los sufragios a favor de Santa Lucía, Uruguay, Argentina, Barbados, Bahamas, Belice, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos, Guatemala, Guyana, Honduras, Jamaica, México, Panamá, Paraguay y Perú. Saint Kitts y Nevis, San Vicente y las Granadinas, Surinam, Bolivia, Dominica, Ecuador, El Salvador, Haití, Nicaragua, República Dominicana y Venezuela. Se abstuvieron Trinidad y Tobago, y Antigua. Granada estuvo ausente.
“El documento se limita a emplazar a la OEA a seguir examinando opciones, con la participación de todas las partes en Venezuela, para apoyar el funcionamiento de la democracia y el respeto al Estado de Derecho dentro del marco constitucional venezolano”. Además en el texto se indica la necesidad de encontrar propuestas concretas para definir un curso de acción “que coadyuve a identificar soluciones diplomáticas, en el menor plazo posible, en el marco institucional de nuestra organización y a través de consultas incluyentes con todos los Estados miembros”, agregó de Alba.