Mensaje a los presbíteros, vida consagrada, fieles laicos cristianos católicos, a los hombres y mujeres de buena voluntad que peregrinan en la Diócesis de El Tigre.
Siguiendo una multisecular práctica eclesiástica, desde el 5 al 15 de septiembre los obispos de Venezuela estaremos en Roma realizando la visita Ad Limina Apostolorum (a los umbrales de los Apóstoles = a las tumbas de los Apóstoles). El significado profundo está en las actividades que llevaremos a cabo: Encontrarnos con el Santo Padre Francisco y con sus más inmediatos colaboradores de la Curia Romana para compartir con ellos las alegrías y esperanzas, así como los sufrimientos y tristezas de los fieles que peregrinan en las diócesis de nuestra amada nación.
El episcopado es la plenitud del sacramento del orden y la plenitud del ministerio sagrado (Concilio Vaticano II, el misterio de la Iglesia, 32). Por la consagración sacramental y por la “comunión jerárquica” con la cabeza y los demás miembros, el elegido es incorporado al colegio de los Obispos, es incardinado en la sucesión apostólica, preside una iglesia local y recibe la misión correspondiente de enseñar, santificar y regir a su Iglesia, a la que representa en la communio Ecclesiarum (comunión de las Iglesias).
El Obispo, como sucesor de los Apóstoles, es en cada iglesia particular, en cada diócesis, el vínculo de unión con el Sucesor de Pedro; mantiene en su diócesis la frescura de la primera y perenne evangelización.
A nivel nacional nos mantenemos unidos en la Conferencia Episcopal Venezolana. Eso nos da la garantía de no estar solos, nos nutrimos de la experiencia y de la sabiduría de los mayores.
Somos la Diócesis más joven del país, de más reciente creación. Y ya nos toca vivir la experiencia de nutrirnos más de cerca de la savia vital del ministerio petrino. Esta será mi primera visita Ad Limina. Para mi como Obispo constituirá una experiencia que fortalecerá el servicio que estoy llamado a desempeñar para, con, y entre los fieles y hombres y mujeres de buena voluntad de nuestra Diócesis de El Tigre.
Ya desde enero de este año, cada obispo envió un informe sobre la vida de la iglesia diocesana que él pastorea, toda la labor que se ha realizado en los últimos 5 años; allí se expresa toda la dedicación que los presbíteros, la vida consagrada, y los fieles laicos han puesto para que el Señor Jesús sea conocido, amado y servido.
El jueves 6 de septiembre los obispos estaremos celebrando la santa misa en la Basílica de San Pedro, centro de la catolicidad en el mundo; allí les recordaré de una manera especial junto a la tumba del Apóstol San Pedro.
El sábado 08, Solemnidad de la Patrona de nuestra Diócesis, se intensifique la oración por el Santo Padre y el Episcopado venezolano. Que las celebraciones estén marcadas por la alegría y la austeridad para compartir así las penurias y dificultades que se viven en tantos hogares venezolanos.
El lunes 10 de Septiembre, Dios Padre permitiéndolo, tendremos el encuentro fraterno con el Santo Padre Francisco. Como es su estilo, será diálogo entre hermanos de la misma Patria Grande, servidores del Santo Pueblo Fiel de Dios.
Los Obispos venezolanos exhortamos a intensificar la oración por el éxito de esta Visita y pedimos que el martes 11 de septiembre, Solemnidad de Nuestra Señora de Coromoto, patrona de la nación, se eleven fervientes súplicas para que la fe se acreciente en toda la extensión de nuestra patria y se traduzca en obras de justicia, solidaridad y progreso en todos los órdenes de la vida.
Sugiero que ese día se exponga el Santísimo Sacramento durante todo el día en las parroquias; en las capillas filiales los fieles se reúnan para rezar el Santo Rosario y se haga la oración por Venezuela; motivar a los enfermos para que ofrezcan sus dolores como sacrificio de agradable olor por el éxito de la Visita. Sugiero también que ese día equipos de fieles de las parroquias puedan visitar ancianatos, hospitales, centros penitenciarios para llevar la Buena Noticia del Señor Jesús a los que allí se encuentren.
Retomar el significado del Papa, del Obispo, en la vida de la iglesia, constituiría una buena catequesis durante estos días; fundamentarnos en los textos bíblicos (cfr. Mt. 16, 16-19; Heb. 13,7-8; etc)
Les confieso que he sentido la cercanía, la alegría del Señor Jesús en la cercanía, la alegría de los fieles de las comunidades, instituciones, con las que he compartido estos primeros días como Obispo Residencial.
La bendición que he recibido de la Santísima Trinidad la comparto de corazón con todos ustedes. +José Manuel, Obispo de El Tigre.