El Gobierno de Daniel Ortega ordenó la suspensión de las relaciones diplomáticas con la Santa Sede. La decisión la adoptó unas horas después de publicarse una entrevista en la que el papa Francisco calificó como una «dictadura hitleriana”.
Fuentes diplomáticas en Roma confirmaron al medio Confidencial que la representante del Gobierno nicaragüense ante el Vaticano comunicó “verbalmente la ruptura de relaciones” en la Secretaría de Estado de la Santa Sede, en Roma, aludiendo a las declaraciones del santo padre, en las que por primera vez se refirió de forma contundente a los ataques contra la Iglesia católica.
El papa elogió además al encarcelado obispo Rolando José Álvarez: “Ahí tenemos un obispo preso, un hombre muy serio, muy capaz. Quiso dar su testimonio y no aceptó el exilio”.
La representante de Nicaragua es Yara Suhyén Pérez Calero, quien funge como ministra consejera en la Santa Sede. Nicaragua no cuenta con un embajador ante la Sede Apostólica desde el 21 de septiembre de 2021, cuando Ortega canceló el nombramiento de Elliette Ortega Sotomayor, quien repuso en marzo de ese año al exsubdirector de la Policía Nacional, excomisionado Francisco Bautista Lara.
La Cancillería nicaragüense señaló, en una nota de prensa, que «entre el Estado Vaticano y la República de Nicaragua se ha planteado una suspensión de las relaciones diplomáticas». Sin embargo, el portal de noticias del Vaticano aclaró, horas después, que fue una medida unilateral, ya que “el Gobierno de Nicaragua ha solicitado a la Santa Sede” el cierre de sus respectivas sedes diplomáticas: la Nunciatura en Managua y la embajada nicaragüense en la Ciudad del Vaticano.
De acuerdo con la fuente diplomática en Roma «al representante de la Nunciatura en Managua le dieron una semana para irse del país». De esta manera, Nicaragua suspendió un vínculo diplomático de al menos 115 años.