La 105 Asamblea Anual de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) se instaló hoy y por 7 días hará deliberaciones sobre múltiples temas.
En el acto que contó con la presencia del Nuncio Apostólico Aldo Giordano, el presidente de la CEV, monseñor Diego Padrón, afirmó que Venezuela entró en un proceso de cambios políticos con consecuencias sociales, económicas, psicosociales y hasta espirituales para la nación.
La jornada electoral del 6 de diciembre y la toma de las curules por parte de los nuevos diputados son la ratificación de una conciencia civilista y democrática de los venezolanos y «un contundente rechazo del sistema representado por el despotismo, el militarismo, arbitrariedad y corrupción y que se autotitula Socialismo del Siglo XXI».
Según monseñor, esta instalación de la AN ha sido un logro de la unidad de los partidos y organizaciones políticas, no solo como estrategia sino en espíritu y objetivos. Exhortó a los nuevos parlamentarios a dar al pueblo respuestas satisfactorias y leyes para producir, dar libertad a las empresas, controlar los recursos, amnistía a los presos y exiliados y castigar a los corruptos.
El presidente de la CEV indicó que el país debe dirigirse progresivamente a la despolarización y el diálogo.
Monseñor también recordó la apertura de la Iglesia Católica hacia los divorciados y dijo que éstos deben ser integrados y no sentirse excomulgados, sino animados a madurar como miembros de la iglesia.
El presidente de la CEV señaló que desde la óptica de la fe no hay excluidos y todos son amados por Dios.
Sobre el matrimonio de personas del mismo género, Padrón apuntó que la Iglesia Católica no lo aprueba, pero lo respeta.
En cuanto al clima sociopolítico conflictivo, Padrón insistió en promover la cultura de la reconciliación y la resolución pacífica de las diferencias.