Luego del ajuste realizado por la Superintendencia para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos, Sundde, en los precios del arroz blanco de mesa, donde se registra un aumento de 163% con respecto a los precios anteriores, el presidente de Fedecámaras, Jorge Roig, considera que se trata de acciones que debían haberse tomado hace tiempo y de forma escalada, en lugar de hacerlo motivado por el riesgo de quedar con el anaquel vacío:
«Se están sincerando unos costos que estaban rezagados desde hace años. Con la gasolina va a pasar lo mismo, la gente va a decir cómo es posible que van a aumentar el doble, porque no han aumentado por muchos años. Lo correcto es que se haya hecho lo suficiente para incentivar a que se produzca más. En este momento cuando el gobierno ve el peligro de que el producto desaparezca de los anaqueles, entonces allí sí va y ajusta el precio para que no dejen de producir», afirma Jorge Roig, Presidente de Fedecámaras.
Fragmentos de la entrevista realizada por el periodista Eduardo Rodríguez Giolitti en Unión Radio Noticias, martes 28 octubre 2014:
ERG: ¿Son positivas estas medidas de ajuste de precios, es esto una liberación de precios?
Jorge Roig: – No para nada, el gobierno viene sincerando algunos precios de algunos productos y esto tiene que ser reconocido positivamente en el sentido de que se tienden a normalizar algunos precios de la economía, bajo la amenaza de que algunos tiendan a desaparecer, pero eso no es lo correcto. Lo ideal de una política es que el precio sea tan bueno, siempre y que el poder adquisitivo sea bueno siempre, de manera que tengas la capacidad de producir suficientes bienes y el venezolano tenga el suficiente poder adquisitivo para comprar.
ERG: ¿Qué lectura le da al Decreto que prohíbe la venta de productos de primera necesidad por parte de la economía informal?
JR: – «Uno tiene que estar en desacuerdo con la venta informal que solo debe venderse en comercios formales. Ahora, lo que creo que no se ha analizado suficientemente esqué clase de país que tenemos donde 42% se maneja en trabajos informales, es decir, 5 millones de trabajadores de la economía informal, sea por la razón que sea. Algo estamos haciendo mal como sociedad para tener esta realidad. De nuevo se atacan las consecuencias pero no se ataca al modelo (…) Mientras sigamos con un control de precios, con control de costos, mientras sigamos con un modelo perverso van a aparecer fenómenos como la economía informal y atacarlos a ellos me parece que no es ni mucho menos la solución de los problemas, aunque reconozco que a nadie le gusta ver que te estén vendiendo más caro, cuando realmente lo que hace el buhonero es poner el precio real del producto si tu te pones a ver es que el otro producto es el subsidiado y es el que no se consigue. Ningún producto subsidiado se consigue y los que han aprovechado el momento han sido los comerciantes que encontraron en un modelo que se hace aguas por todos lados, una forma de vivir».