El tránsito habitual de buques por el Canal de Panamá se ha reducido por la falta de lluvias, una sequía que ya se extiende por varios meses y que los expertos apuntan como otra consecuencia del cambio climático.
En este caso, también preocupan las repercusiones económicas ya que este paso conecta 180 rutas marítimas y representa el 3% del comercio marítimo mundial.
«Lo que se ve hoy día en Panamá es una sequía asociada a diversos fenómenos que se potencian entre sí», declaró a DW Yasna Palmeiro, investigadora del Centro de Políticas Públicas de la Universidad Católica de Chile.
La experta explicó que los efectos del cambio climático se han agudizado por el fenómeno de «El Niño» que produce un aumento de las temperaturas y una disminución de las precipitaciones.
El lago Gatún está en niveles muy bajos y de éste depende el complejo sistema de esclusas que utiliza agua dulce y permite a los grandes cargueros cruzar esta vía interoceánica.
Este embalse representa una fuente de agua crucial para más del 50% de los panameños señaló la Autoridad del Canal de Panamá (ACP).
La capacidad diaria de tránsito se limitaría a 32 buques, frente a los 35 o 36 que circulaban previamente y que el calado del Canal se fijaría en 13,41 metros, una medida que se mantendría «a menos que se produzcan cambios significativos en las condiciones meterológicas», comunicó la ACP.
El organismo anunció que ahora se centraría en incluir «iniciativas medioambientales proactivas», como «desarrollar un corredor logístico para diversificar las opciones de manipulación de carga dentro del país»; según el último informe de la ACP, más de 14 mil embarcaciones cruzaron por las aguas del Canal de Panamá en 2022.
Los retrasos y las limitaciones de carga están ejerciendo una presión al alza sobre los costos del transporte marítimo, destacó Sonali Chowdhry, investigadora asociada del Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW Berlín).
Añadió que las empresas están considerando rutas y modos de transporte alternativos, unos ajustes que «podrían repercutir en los consumidores finales».
Víctor Giménez Perales, investigador postdoctoral en el Instituto Kiel para la Economía Mundial, apuntó que esta situación podría ser aún «más perjudicial» que la obstrucción del Canal de Suez debido a las dudas de cuándo se resolverá.
«La incertidumbre podría obligar a los buques a utilizar la ruta del Cabo de Hornos durante la estación seca, lo que añadiría miles de kilómetros y varias semanas al viaje», expuso Giménez.