Para la Asociación Civil Expresión Libre, Comunicadores por la Paz y la Democracia, los hechos acaecidos el pasado martes 27 de junio en el Palacio Federal, sede del Poder Legislativo, revisten tal gravedad que requieren de la consideración y reflexión de toda la sociedad venezolana, sobre todo en momentos en que la conflictividad social va en aumento y la actuación del Ejecutivo y otros poderes cooptados han hecho desaparecer el Estado de Derecho.
Por espacio de aproximadamente cinco horas, la sede de la AN y sus alrededores fueron fiel reflejo de la situación de incivilidad, irrespeto a las autoridades legalmente constituidas y vejación a la persona humana que ha tomado cuerpo en un órgano de la seguridad del estado venezolano, como lo es la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), cuya actuación también está siendo fuertemente cuestionada por la desproporción y crueldad con la que ha ejercido sus operaciones represivas contra manifestantes desarmados.
Más allá de la denuncia formulada por la directiva de la AN sobre el ingreso no autorizado a su sede de cajas con el distintivo del Consejo Nacional Electoral, cuyo contenido se desconocía, así como la negativa de la GNB a suministrar la información que le solicitaron, queremos destacar las agresiones físicas con lesiones y expresiones soeces de las que fueron víctimas dos diputadas y una colega periodista; el trato insolente llegando al maltrato físico y vejatorio del jefe del destacamento de la GNB encargado de la seguridad de la AN, coronel Bladimir Lugo, contra el presidente de la AN, diputado Julio Borges, y finalmente la situación de secuestro en la cual permanecieron más de cien personas entre diputados, empleados de la Asamblea y periodistas, incluidos varios miembros de Expresión Libre, que habían acudido a la sesión por el Día del Periodista.
A ello se sumó la impunidad con la que grupos de violentos, los mal llamados colectivos que en verdad son bandas delincuenciales organizadas y amparadas por el sector oficial, se apostaron en las salidas del Capitolio para mantener bajo asedio a todos quienes permanecían en la sede parlamentaria.
Por espacio de casi cinco horas no hubo de parte de la GNB ningún gesto destinado a dispersar al grupo de facinerosos ni de intentar organizar un operativo que permitiera la salida de las personas que allí se encontraban. Mientras tanto, más de 10 artefactos explosivos fueron detonados sembrando la zozobra en el lugar.
Cuando finalmente la GNB decidió la salida, casi a las 10 de la noche, fue como otras veces bajo la presencia amenazadora de los colectivos que, enardecidos y amparados por la impunidad, atacaron a las personas que evacuaban la AN con objetos como varas de metal, botellas y estallido ensordecedor de artefactos explosivos, tipo cohetones. Varias personas resultaron con contusiones y quemaduras en la piel y en su indumentaria.
En Expresión Libre nos preguntamos si el coronel Bladimir Lugo está consciente de su comportamiento irregular, tanto por acción como por omisión. Lugo se comporta como un activista político, un partidario fanatizado que le ha dado en no reconocer ni normativas ni derechos humanos.
Por tales razones, Expresión Libre considera necesario elevar su voz de alarma y de protesta, llamar al sector oficial a la reflexión y, asimismo, condenar enérgicamente las actuaciones y las omisiones del jefe de la seguridad de la AN, coronel Bladimir Lugo, quien no debería permanecer ni un segundo más al frente de esas responsabilidades, cargo del cual dependen la vida de quienes ejercen sus actividades políticas y profesionales en el ámbito de la AN, pero que resulta demasiado grande para sus limitaciones personales y profesionales.