El Ingeniero en Mantenimiento de 26 años que falleció por una complicación pulmonar cuando emigraba a Chile, fue velado el jueves 10 de agosto en la casa de su abuela en la sexta carrera norte y luego en su casa natal ubicada en la calle Anzoátegui de Casco Viejo. La tarde siguiente se le dio cristiana sepultura en el Cementerio General de El Tigre.
José Landaeta informó que los restos de su hermano Joscar Antonio Del Jesús Landaeta Zabala fueron repatriados desde Chile y llegaron a El Tigre este miércoles 9 de agosto.
«El lunes 24 de julio falleció, llegando nosotros a un nuevo país, buscando nuevas fronteras, nuevas luchas y la mejora del bienestar de mi familia y de mi hermana. No fue fácil el proceso de repatriación pero se logró en tiempo récord porque normalmente se tarda dos meses», explicó José.
Agradeció todo el apoyo de venezolanos que desde distintos países como Estados Unidos, Chile, Colombia, Ecuador y de Venezuela.
«Recibimos ayuda del gobierno y de todo tipo de personas, de verdad gracias por todo el apoyo y la fuerza, sobretodo a mí que estaba solo con mi hermano mayor buscando un mejor futuro y me vino a pasar esto».
Relato de lo ocurrido
La travesía que duró 10 días partió desde Cúcuta (Colombia), siguió por Ecuador, Perú y finalmente Chile.
«En Lima, siempre tuvo su autoestima alta, estaba feliz porque llegábamos a nuestro destino. Pero hubo un derrumbe en la costa y la compañía de transporte ofrecía viajar al día siguiente. Pero a consecuencia del derrumbe de toda la carretera la solución era subir hasta Cuzco y allí empezó a sentirse un poco mal. Comenzó a desmayarse, a perder el oxígeno… Pero nunca imaginamos esto. Al llegar a la frontera de Tacna (Perú), su felicidad fue total… recordarlo es demasiado difícil porque él celebró hasta decir basta, estaba súper feliz, cantó el himno nacional, todo».
Al llegar a Santiago de Chile se encontraron con una temperatura de 7 grados. «Allí me dijo ´hermano me siento mal, me siento mal, me siento mal´. Lo envié en taxi a la casa donde nos estábamos quedando y llegó tranquilo. Me pidió que le hiciera comida, le preparé una sopa y café, y estaba tranquilo. Y todo fue en cuestiones de segundo en la madrugada», dice José del momento en que empeoró su hermano. «Dios sabe lo que hace, quizás en ese plano tiene otro objetivo y plan por hacer».
José anunció que esperan fundar una asociación sin fines de lucro llamada «Una sonrisa para el alma, para ayudar a tantas personas que salen a la calle buscando un plato de comida, una pastilla, para hacer ver la calidad de persona que era Joscar», concluyó.