Venezuela podría estar experimentando una ligera mejoría en su industria petrolera en los próximos meses, según opinó para Oilprice el veterano observador del mercado energético, el Dr. Cyril Widdershoven.
«No es descabellado afirmar que la producción de Venezuela sólo puede aumentar, especialmente a medida que se restablezcan los lazos con el sistema financiero internacional y se rehabiliten las instalaciones de producción», explicó el Dr. Widdershoven.
Por su parte, Venezuela parece tener otra cosa a su favor: el riesgo político de Biden parece ser demasiado alto como para volver a imponer la totalidad de las sanciones al país.
La geopolítica cada vez más sombría, ha agravado el problema; el actual nivel de inestabilidad no es bueno para el precio del petróleo y, a su vez, un dolor de cabeza para el Gob. de Biden, que busca que los precios de la gasolina se mantengan bajos.
Teniendo en cuenta las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela —el principal desafío de Washington en el hemisferio occidental—, Biden no puede ser tan duro con el Gobierno de Maduro como desearían algunos medios de comunicación estadounidenses, opina el Dr. Widdershoven.
«Hasta ahora, EE.UU. ha aplicado sanciones sólo a la industria aurífera del país sudamericano en respuesta a la inhabilitación de una destacada figura de la oposición para presentarse a las elecciones previstas para finales de este año», reseña Banca y Negocios que se hace eco de la entrevista.
Más datos: Chevron, la gran petrolera estadounidense, obtuvo una dispensa especial para reanudar sus operaciones en Venezuela a finales de 2022, a través de su acuerdo de empresa conjunta (JVA) con PdVSA, la compañía petrolera estatal del país.
El JVA inicial Chevron-PdVSA se ha mejorado para incorporar una serie de contratos complementarios que dan el control operativo a Chevron, permitiéndole poner en marcha la producción.
Los contratos complementarios tienen la ventaja añadida de indemnizar a Chevron contra las prácticas corruptas y la amenaza de una mala gestión más general por parte de su socio nacional.
Lo que se ha dado a conocer como el «modelo Chevron» ha producido un vuelco en los rendimientos del sector durante el pasado año en particular.
En enero, la producción petrolera venezolana aumentó un 22% con respecto al año anterior. La suspensión de las sanciones volvió a poner en marcha el motor, pero la mejora de los acuerdos de empresas conjuntas sirve de sólida vía para transportar cantidades cada vez mayores del crudo pesado venezolano de vuelta a los mercados mundiales.
Son malas noticias para los republicanos, pero buenas para los estadounidenses que aún se recuperan de más de dos años de altos precios de la gasolina, lo que representa un giro político sin precedentes.
Así pues, no es descabellado afirmar que la producción de Venezuela no puede sino aumentar —después de todo, cuenta con las mayores reservas probadas de petróleo del mundo—, especialmente a medida que se restablezcan los vínculos con el sistema financiero internacional y los socios extranjeros de PdVSA modernicen y reparen las instalaciones de producción.
En este sentido, el experto explica que el productor español Repsol ya está potenciando sus operaciones en Venezuela en el marco de un JVA mejorado al estilo de Chevron.
Además, Eni (Italia), Maurel & Prom (Francia) y Pertamina (Indonesia) son otros tres productores internacionales que podrían replicar fácilmente el mismo modelo.
El Gob. de Biden será consciente de que la reapertura del sector energético venezolano a los actores internacionales está teniendo un efecto balsámico en los mercados energéticos y podría seguir reportando importantes beneficios a los consumidores a largo plazo.