Estados Unidos planea aumentar la presión sobre Venezuela a través de sanciones, pero ve una menor necesidad de apuntar de inmediato a su sector energético debido a la caída de la producción de la petrolera estatal del país miembro de la OPEP, dijo el miércoles un funcionario estadounidense de alto rango a la agencia Reuters.
“El hecho es que la mayor sanción para el petróleo venezolano y la producción de crudo se llama Nicolás Maduro y las ineficiencias de PDVSA”, dijo el funcionario.
Washington ha impuesto varias sanciones a figuras militares y políticas cercanas al presidente socialista Nicolás Maduro, a quien acusa de violar los derechos humanos y desencadenar el colapso económico del país.
A principios de este año, el Gobierno del presidente Donald Trump consideró sancionar a una compañía de servicios petroleros administrada por militares venezolanos y restringir la cobertura asegurada de los embarques de crudo del país sudamericano.
Las medidas se habrían sumado a las sanciones del año pasado que prohíben a los bancos estadounidenses hacer cualquier nuevo acuerdo de deuda con las autoridades venezolanas o la petrolera estatal PDVSA.
Ante la pregunta de si el Gobierno estadounidense restó urgencia a las sanciones sectoriales, el funcionario las describió como algunas de las muchas “herramientas” que tiene disponibles.
“Respecto a Venezuela, todas las opciones están sobre la mesa”, dijo el funcionario, quien habló bajo condición de anonimato. La producción petrolera de Venezuela alcanzó en el 2017 su menor nivel en 28 años, una caída atribuida a la mala gestión y la corrupción.