Asociamos el título de nuestra entrega de esta semana con el esperado alumbramiento de mujer: romper fuentes y parir con dolor un ser nuevo, realmente nuevo. En efecto, estamos ante una hora de necesario “parir patrio”.
El conocimiento extraoficial del resultado de las auditorias de la validación de firmas para la convocatoria del referendo revocatorio al gobierno del presidente Nicolás Maduro, nos muestra cómo una ciudadanía hastiada del falso proceso revolucionario, ante el atropello de infamia y el hambre, respondió a la convocatoria con aplomo: ¡salir de Maduro ya!
De hecho, la operación morrocoy junto a las inexcusables dilaciones del régimen ha venido incorporando una presión social al desgastado orden de cosas venezolano. La estrategia proviene de la necesidad de burlar el espíritu de la norma constitucional relativa al referendo para hacerlo, si no inaplicable, al menos irrelevante en cuanto a su resultado. Esto explica y da sentido a tal demora. Sólo una consulta a los electores en 2016 provocaría una salida de Miraflores del equipo autor del desastre económico, político y social que ha sido colofón de 17 años de mentiras al pueblo venezolano.
Por eso el régimen, con sus organismos adláteres, obstaculiza cualquier consulta electoral, sumidos en un profundo desprecio por la voluntad popular y por el pueblo al que dicen representar y obedecer. Ese es el dilema al que se enfrenta nuestra nación, dentro de una crisis humanitaria sin precedentes. Sumado a ello, una politización de las Fuerzas Armadas en detrimento del cuerpo armado, que paga un alto costo por el ejercicio inadecuado y las prebendas de algunos de sus miembros actuando de espaldas al país en la acción pública.
Esta es la punta del iceberg que devela el retraso de la auditoría de verificación de firmas que muestra a la unidad democrática como vencedora de la recolección en tiempo récord. Contra todo escollo, sin duda alguna, venceremos. ¡El referendo revocatorio va en 2016!
@rafaelmartinezn
@proyecto_pais