Después de 13 días del terremoto de intensidad 7.7 que sucumbió el sureste de Turquía y el norte de Siria, se contabilizan 44.330 personas fallecidas, según los balances oficiales del sábado 18 de febrero.
El servicio de emergencias turco Afad ubicó en 40.642 las víctimas mortales de los sismos registradas hasta ahora. A ellas se suman las 3.688 contabilizadas en Siria por el grupo de rescatistas Cascos Blancos, que opera en la región opositora noroccidental, y la agencia oficial siria SANA, que ofrece el recuento de todas las demás zonas bajo el Gobierno del presidente sirio Bachar al Asad.
Estos datos son solo un balance provisional, ya que aún quedan decenas de miles de cuerpos bajo los escombros y diversas estimaciones prevén que el saldo final rondará o superará 100.000 muertos, afirma la agencia EFE.
El número de heridos se eleva a 122.757 (108.000 en Turquía y 14.757 en Siria). Según Afad, unas 260.000 viviendas han quedado destruidas en Ankara y 430.000 personas han sido evacuadas hasta ahora por las autoridades turcas.
En horas de la noche del día 6 de febrero la población se vio sorprendida por un terremoto de 7,7 grados de magnitud, al que le siguió horas después otro de 7,6 grados, y miles de réplicas, en lo que se considera la peor catástrofe humanitaria que vive la región en más de un siglo.