Artículo dominical de monseñor José Manuel Romero Barrios, obispo de la Diócesis de El Tigre. Por los caminos.
Si bien los sínodos recientes en Asambleas Ordinarias han examinado temas como la nueva evangelización para la transmisión de la fe (2012), los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización (2014-2015), los jóvenes y el discernimiento vocacional (2018) y en una Asamblea Especial: La Amazonía, nuevos caminos para la evangelización y una ecología integral (2019), el presente Sínodo se centra en el tema de la sinodalidad en sí misma.
El actual proceso sinodal que estamos emprendiendo se guía por una pregunta fundamental: ¿Cómo se lleva a cabo hoy este “caminar juntos” en los diferentes niveles (desde el nivel local al universal), permitiendo a la Iglesia anunciar el Evangelio? Y ¿Qué pasos nos invita a dar el Espíritu para crecer como Iglesia sinodal? (PD, 2).
El objetivo del Sínodo actual es escuchar discipularmente y lo hacemos escuchando juntos la Palabra de Dios en la Escritura y la Tradición viva de la Iglesia, y luego escuchándonos unos a otros, y especialmente a los marginados, discerniendo los signos de los tiempos. De hecho, todo el proceso sinodal tiene como objetivo una EXPERIENCIA VIVIDA de discernimiento, participación y corresponsabilidad. La dinámica de este sínodo pretende que sean consultados personas de los diversos ámbitos de la vida ciudadana: profesionales, dirigentes políticos, deportistas, periodistas, comerciantes. etc. cristianos católicos o no. No es hacer una encuesta.
Para realizar esta tarea nada fácil, se precisa actuar con Parresía: es una palabra clave lanzada por el Papa. Él ha pedido que se hable con valentía y se escuche con humildad a los demás. Esto para ayudar y profundizar cada tema tratado aplicado a la sinodalidad. Todas las voces son importantes, recordando que la Iglesia está al servicio de la humanidad; cualquier persona puede ayudar a encontrar el camino para que sea más auténtica y realice su ser “sacramento universal de salvación”.
En este sentido, está claro que el propósito de este Sínodo no es producir más documentos. Más bien, su objetivo es inspirar a las personas a soñar con la Iglesia que estamos llamados a ser, hacer florecer las esperanzas de las personas, estimular la confianza, vendar heridas, tejer relaciones nuevas y más profundas, aprender unos de otros, construir puentes, para iluminar mentes, calentar corazones y restaurar la fuerza en nuestras manos para nuestra misión común (DP, 32). Así, el objetivo de este Proceso sinodal no es sólo una serie de ejercicios que se inician y se detienen, sino un camino de crecimiento auténtico hacia la comunión y misión que Dios Padre llama a la Iglesia a vivir en el tercer milenio.
TEMA DE ESTE SÍNODO
El tema es “Por una Iglesia sinodal: Comunión, Participación y Misión”. Este tiene tres dimensiones, comunión, participación, y misión. Estas tres dimensiones están profundamente interrelacionadas. Son los pilares vitales de una Iglesia sinodal. No hay jerarquía entre ellos; se da una circularidad entre ellos: cada uno alimenta a los otros dos.
Esto implica un proceso de aprender juntos humildemente cómo Dios Padre nos llama a ser como Iglesia en el tercer milenio. Es un proceso de escucha que debe ocurrir en un entorno espiritual que apoye la apertura tanto para compartir como para escuchar. El camino de escucha mutua puede ser una auténtica experiencia de discernimiento de la voz del Espíritu Santo.
En abril de 2021, el Papa Francisco inició un camino sinodal de todo el Pueblo de Dios, que comenzará en octubre de 2021 en cada Iglesia local y culminará en octubre de 2023 en la Asamblea del Sínodo de los Obispos.
28/11/21
+José Manuel, Obispo