Las protestas opositoras en Ecuador iniciadas el 8 de junio, configuran la «crisis política más difícil” en los últimos ocho años de gobierno, aseguró el presidente Rafael Correa. Las manifestaciones son motivadas por sus políticas de corte socialista y un estilo de gobierno considerado como autoritario.
«Esta ha sido la crisis política más difícil, solo comparada con el 30 de septiembre” de 2010, cuando un grupo de policías se sublevó contra el gobierno dejando diez muertos, acción considerada oficialmente como un intento de golpe de Estado, señaló el mandatario izquierdista en su programa semanal de radio y televisión.
El mandatario ecuatoriano reconoció que las actuales protestas que exigen su salida del poder, han incidido de forma negativa en su imagen.
«Teníamos cerca de un 70% de aceptación de la labor del presidente, en pocos días nos bajaron al 59% y (el índice) negativo subió del 29% al 42% (…) Ya nos encontramos en 65% (de aceptación) y yo tengo plena fe en nuestra gente (…), en lo que hemos hecho, y en que pronto alcanzaremos los niveles (de apoyo) de antes de la crisis política”, sostuvo.
El mandatario denunció que las protestas y la convocatoria a una huelga el 13 de agosto, esconden una conspiración para sacarlo del gobierno antes de las elecciones de 2017, en las que Correa podría postularse de nuevo.
«Todo esto es parte de una estrategia continental contra los gobiernos progresistas, apoyados por grupos de extrema derecha de países hegemónicos. Pero lo va a seguir negando la prensa. ¿Quién va a decir ´yo soy golpista y quiero botar al presidente’?», planteó Correa.
Con información de El Impulso