Noticias Covid-19
¿Cuántas personas realmente se han contagiado con el coronavirus SARS-CoV-2? ¿cuántos casos no han sido detectados? ¿cuál es la tasa real de mortalidad por Covid-19?
Responder a estas preguntas será crucial para entender el virus que, según los casos confirmados hasta este jueves, ha infectado a un millón de personas alrededor del mundo desde que fue identificado en diciembre de 2019.
Y también ayudará a que los gobiernos puedan controlar mejor la pandemia y retirar gradualmente el aislamiento de sus poblaciones.
Pero las respuestas a estas preguntas no están surgiendo con las pruebas de diagnóstico que están disponibles actualmente.
Por eso, decenas de laboratorios en todo el mundo están trabajando a contrarreloj en el desarrollo de un nuevo análisis que se espera podrá ofrecer datos cruciales sobre la pandemia.
Es la llamada prueba de anticuerpos: un análisis de sangre que podrá indicar si una persona resultó infectada con el coronavirus y si ha desarrollado inmunidad contra la infección.
«Los test que se están usando actualmente, la llamada prueba de PCR, detectan una infección activa. Se toman exudados nasales y faríngeos para ver si tienes el virus», le explica a BBC Mundo el doctor Juan Manuel Carreño Quiroz, microbiólogo de la Escuela de Medicina Icahn de Mount Sinai, en Nueva York, uno de los centros de investigación que desarrollaron la nueva prueba.
«El test que se desarrolló en nuestro laboratorio detecta anticuerpos específicos contra el virus que están presentes en el suero o plasma sanguíneo de personas que tuvieron una infección reciente, pero no actual», agrega.
La prueba, dice el investigador, puede indicar si la persona resultó infectada en el pasado porque el organismo retiene los anticuerpos que se desarrollan cuando se enfrenta una infección.
Inmunoglobulinas
Cuando nos contagiamos con un patógeno, un virus o bacteria, nuestro sistema inmune reacciona contra éste y comenzamos a producir anticuerpos que permanecen en el organismo, incluso cuando el virus ya ha sido eliminado.
«Típicamente comenzamos a producir un tipo de anticuerpos (inmuniglobulinas M o IgM) alrededor del día siete después de la infección y otro tipo de anticuerpos (inmunoglobuinas G o IgG) después del día 10 de la infección”, explica Carreño Quiroz.
«O sea, la prueba se hace cuando ya se puede ver la producción de anticuerpos, unas dos semanas después de la infección».
Esto quiere decir que la prueba no tendrá un impacto a corto plazo para saber cuánta gente está infectada activamente.
Pero en estos momentos, cuando muchos países del mundo enfrentan dificultades para llevar a cabo las pruebas de PCR para saber quién está infectado en sus poblaciones, la prueba de anticuerpos será «crucial», coinciden los expertos.
Esta ofrecerá una herramienta potencial para contener la infección, al permitir conocer qué personas ya desarrollaron una inmunidad al coronavirus.
«La prueba es de gran utilidad en este escenario que estamos viviendo actualmente», afirma el investigador de la Escuela de Medicina Icahn de Mount Sinai.
«Primero va a permitir una estimación más precisa del número de personas que han sido infectadas, independientemente de si presentaron síntomas o no durante la infección. Vamos a poder evaluar la prevalencia del virus y qué tanto se ha esparcido en la población», explica.
En segundo lugar, se podrá saber quién es inmune a la infección.
«Se sabe que quien ya ha sido expuesto al virus genera una respuesta inmune y muy probablemente esa persona ya no es susceptible a una nueva infección», señala Carreño.
«Entonces estas personas van a poder realizar labores que requieran estar cerca de pacientes, por ejemplo en los servicios de salud, o para poder cuidar en sus casas a familiares que están infectados», agrega.
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