Mientras el mundo entero se concentra en controlar la pandemia del coronavirus Covid-19, Ucrania libraba una larga batalla contra el fuego.
El incendio que comenzó el pasado 3 de abril en la zona de exclusión de la central nuclear de Chernóbil, logró ser controlado, según dijeron las autoridades ucranianas el 14 de abril.
Nikolai Chechetkin, jefe del servicio estatal para situaciones de emergencia, estimó que en total 500 toneladas de agua fueron vertidas sobre el fuego por hidroaviones y helicópteros y destacó que los bomberos impidieron que el incendio se acercara al sarcófago que cubre el averiado cuarto reactor de la histórica central, los depósitos con residuos radiactivos y los arsenales militares presentes en la zona.
Indican los reportes oficiales que la conflagración arrasó con más de 100 hectáreas de la superficie cercana a la población de Vladímirovka, ubicada cerca de la planta nuclear que se accidentó el 26 de abril de 1986 y que ocasionó el peor desastre nuclear de la historia.
Los activistas medioambientales advirtieron que el fuego suponía un riesgo de radiación, la cual se multiplicó 16 veces. Sin embargo, las autoridades ucranianas aseguraron este martes que, aunque se registraron picos de corto plazo en las partículas de cesio 137 en la zona de Kiev, al sur de la planta, los niveles de radiación se mantuvieron dentro de los límites normales y no requirieron medidas de protección adicionales.
El operador turístico de Chernóbil, Yaroslav Yemelianenko, describió la situación como «crítica», diciendo que el fuego había alcanzado la ciudad abandonada de Prípiat, a dos kilómetros de donde se encuentra el residuo de radiación más activo de toda la zona.
Frente a los señalamientos de los ambientalistas y de Yemelianenko, Yekaterina Pávlova, jefa de la agencia estatal que gestiona la zona de exclusión, aseguró que «no hay amenaza ni para el sarcófago (sobre el averiado cuarto reactor) ni para la infraestructura vital», dijo a la televisión local. En cuanto a los depósitos donde están los residuos más altamente radiactivos de toda la zona de Chernóbil y de la misma planta, también rechazó que el fuego supusiera un riesgo.
Por su parte, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski ha prometido transparencia frente al tema. «La sociedad debe saber la verdad y estar segura», dijo en una declaración el lunes en la noche.
Las autoridades informaron el pasado 6 de abril sobre la detención de un hombre que confesó haber iniciado el fuego «por diversión» y este 14 de abril se informó sobre la aprehensión de un segundo sospechoso. Ambos podrían ser condenados a varios años de cárcel, según adelantaron las autoridades.
La central y la aledaña ciudad abandonada de Prípiat se han convertido en un atractivo para los turistas, que en agosto pasado alcanzó los 75.000 visitantes atraídos por el turismo extremo, especialmente desde que el año pasado se emitió una miniserie de televisión estadounidense sobre el accidente, muy aclamada por la crítica.
Como futura medida ante posibles situaciones similares, el Parlamento de Ucrania votó el lunes para aumentar las multas por incendio provocado.
Fuentes: Reuters y EFE / Foto portada: Yaroslav EMELIANENKO AFP