Por los caminos. Jornada Mundial de los Pobres. + José Manuel, Obispo
Por segundo año consecutivo, en el marco de la Jornada Mundial de los pobres, la Conferencia Episcopal Venezolana y Cáritas se suman a la celebración en Venezuela de esta convocatoria, puesta en marcha por iniciativa del papa Francisco y que se conmemora en todo el mundo el domingo 18 de noviembre.
La idea de impulsar esta Jornada nació el 13 de noviembre de 2016, coincidiendo con el cierre del Año de la Misericordia y cuando en la basílica de San Pedro el Santo Padre celebraba el Jubileo dedicado a las personas marginadas. De manera espontánea, al finalizar la homilía, Francisco expresó su deseo de que “quisiera que hoy fuera la «Jornada de los pobres»”.
Esta celebración –se hace cada año y en toda la Iglesia universal el último domingo del tiempo ordinario, el domingo XXXIII, previo a la fiesta de Cristo Rey— es una ocasión idónea para poner de relieve el protagonismo de los más pobres en la vida de las comunidades.
El lema bajo el que se convoca esta II Jornada –“este pobre gritó y el Señor lo escuchó”— está tomado del salmo 34. Son unas palabras que, como señala el Papa Francisco en su mensaje para la jornada, “se vuelven también las nuestras a partir del momento en que somos llamados a encontrar las diversas situaciones de sufrimiento y marginación en las que viven tantos hermanos y hermanas, que habitualmente designamos con el término general de `pobres´”.
Tres palabras claves
El mensaje del Papa contiene tres palabras claves que nos ayudan a situarnos de cara a preparar y animar la jornada:
- «Gritar»: El grito o clamor del que sufre, necesita de nuestro silencio para acogerle y escucharle.
- «Responder»: Dios responde e interviene en la historia de la Humanidad curando heridas, restituyendo la justicia e impulsando a vivir la vida con dignidad; y nos invita a nosotros, su Iglesia, Pueblo de Dios, a responder de la misma forma, con ternura y misericordia.
- «Liberar»: Para salvar, acoger, proteger, acompañar e integrar a las personas que más sufren.
Los objetivos de la Jornada
La Conferencia Episcopal y Cáritas recuerdan que uno de los objetivos prioritarios de la celebración es redescubrir el valor de estar junto a las personas más pobres y vulnerables de nuestras comunidades, a través de la oración comunitaria y la comida del domingo, el banquete de la Eucaristía, como expresión de la mesa compartida en familia.
Junto a ello, se subraya también la invitación a seguir el ejemplo de la primera comunidad cristiana que perseveraba en las enseñanzas de Jesús, en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones, aprendiendo a vivir unidos y compartiendo los bienes que repartían entre ellos para que ninguno pasara necesidad (Hch 2, 42. 44-45).
Tiene importancia lo que, a este respecto, critica el Santo Padre Francisco en su mensaje, cuando confiesa que “a menudo me temo que tantas iniciativas, aunque de suyo meritorias y necesarias, estén dirigidas más a complacernos a nosotros mismos que a acoger el clamor del pobre”, al tiempo que denuncia cómo “se está tan atrapado en una cultura que obliga a mirarse al espejo y a cuidarse en exceso, que se piensa que un gesto de altruismo bastaría para quedar satisfechos, sin tener que comprometerse directamente”.
De ahí que “la Jornada Mundial de los Pobres pretenda ser una pequeña respuesta que la Iglesia entera, extendida por el mundo, dirige a los pobres de todo tipo y de toda región para que no piensen que su grito se ha perdido en el vacío”.
La Iglesia, comprometida con los retos de la pobreza. En el marco de esta convocatoria, la Iglesia quiere poner en valor la dimensión estratégica que la lucha contra la pobreza tiene en su misión evangelizadora, impregnada toda ella de la acción pastoral que se desarrolla a través de miles de comunidades parroquiales, las diócesis y las distintas instituciones socio-caritativas, como es el caso de Cáritas. + José Manuel, Obispo 18/11/18