La gran mayoría del comercio de la ciudad de El Tigre, de todos los tamaños, sigue en el medio de un incómodo conflicto derivado de la contratación que hizo la Alcaldía a una empresa privada de aseo urbano, y los precios que esta corporación factura de forma directa, a los comerciantes.
La más reciente noticia de este tema se generó el miércoles 11 de mayo cuando se realizó una reunión entre la directiva de la Cámara de Comercio El Tigre y la directiva de la empresa en cuestión, Fospuca.
El encuentro tuvo lugar en horas de la mañana en un sitio neutral en la avenida Francisco de Miranda; y el objetivo era cumplir con lo establecido por el Ministerio Público de que estos dos actores deben reunirse y llegar a un acuerdo con respecto a las tarifas. Sin embargo esto aún no se ha logrado, y puede atribuirse a que los procesos en Venezuela no suelen ser los más rápidos.
Pero mientras esas conversaciones ocurren existe una presión en cámara lenta: La empresa de aseo hace llamadas, envía correos a los contribuyentes para exigirles que paguen el servicio. En algunos casos también piden traslado ida y vuelta de sus «fiscales» para medir las dimensiones de los establecimientos comerciales y comprobar que estos empresarios dicen la verdad en cuanto a los metros cuadrados de sus inmuebles.
Las conclusiones de la reunión del 11 de mayo difundidas en un comunicado de la Cámara de Comercio, dejan algunas inquietudes.
Los representantes de la empresa se comprometieron a revisar «individualmente» aquellos casos que estén inconformes con las tarifas. Por qué la revisión es individual y no se define un tabulador estándar, calculado no en metros cuadrados -el negocio de la basura no es un negocio inmobiliario- sino calculado en kilogramos y que ese tabulador vaya acorde a la ciudad de El Tigre, que sí, está en el corazón de la Faja Petrolífera del Orinoco pero espera, aún no vive una bonanza petrolera.
Esa propuesta de la empresa viene con una promesa. Asegura que todos los casos individuales (aislados) serán revisados para «lograr un entendimiento satisfactorio». Pero con cuál confianza puede ir cualquier comerciante, empresario o emprendedor, si la propia empresa privada hace caso omiso del malestar que propician sus propias condiciones generales, como el cálculo basado en metros cuadrados y unas tarifas como si a todos aquí en El Tigre, nos sobrara el dinero (?).
Plantear que un comerciante o unos comerciantes vayan hasta la empresa y pidan revisión de sus tarifas individualmente, o lleven sus casos a la Cámara de Comercio para solicitar la promociomada revisión, es una propuesta condicionada y estratégica totalmente alejada de la solución del problema inicial, que es además un problema general no individual. Los comerciantes de El Tigre que han alzado la voz reiteran en todos los foros que la basura no debe cobrarase por el tamaño de sus locales; y ninguna empresa dedicada al aseo urbano puede tampoco pretender convertirse en un servicio confiscatorio.
Otro argumento del sector comercio para mostrar resistencia en esta situación, es la falta de claridad de los concejales con respecto al origen de la luz verde que se le dio a esa empresa en este municipio de Anzoátegui.
La instalación de la empresa aquí en El Tigre aún está en entredicho; tanto es así que la representación de Fospuca se vio motivada a entregar el 11 de mayo una serie de documentos con los que busca demostrarle a la Cámara de Comercio y a todos los empresarios de la ciudad que sí se hicieron todos los pasos necesarios ante el gobierno municipal de Simón Rodríguez. Y por eso el plan original de llamar, el plan original de cobrar, se mantiene a diario.
Los asesores jurídicos de la Cámara de Comercio ahora van a revisar la legalidad de las aproximadamente dos resmas de papel en documentos, que la empresa verde trajo preparadas para ese encuentro. Y lo positivo de esto es que, trajo consigo ese archivo porque identificó que es otro punto de discusión muy presente en las asambleas que ha hecho el comercio y en las redes sociales donde múltiples personas han expresado sus reclamos sobre el particular.
A la par de esas conversaciones y la evaluación de estos documentos entregados recién el 11M, hay un mundo paralelo cargado de pesimismo:
Algunos empresarios piensan despedir a uno de sus trabajadores; otros piensan cerrar. Hay un grupo más práctico que ya hizo cambio de domicilio fiscal para el vecino municipio San José de Guanipa. Y otro lote de comerciantes reacciona y descarta todas las anteriores y en su lugar sigue esperando resultados que apunten a preservar las múltiples fuentes de empleo que generan y la estabilidad de muchas familias, así como algo aún más sagrado: su propio patrimonio. Y estas no son todas las alternativas, son apenas algunos escenarios; y por qué no hablar de ellos.
La frialdad y simpleza con la que se sugiere a las empresas de El Tigre subir precios de productos para poder pagar este aseo urbano que raya en el lujo y que trae incluido el servicio adicional «lavado de calles y aceras» (nuestro nuevo artículo de primera necesidad), es muestra de una visión empresarial, sí. Pero una visión que solo favorece a esa empresa y a San José de Guanipa.
La desventaja en la que queda El Tigre en términos de competencia comercial, solo propicia que se deprima aún más su ya contraída economía. ¿Cuántos abastos, panaderías, ventas de repuestos, ventas de hortalizas, bodegas, bodegones, consultorios, farmacias, tiendas de ropa y artículos de belleza, etc, están estancados en la incertidumbre?
Y si considera que esta es una opinión exagerada, fíjese y enumere la cantidad de anuncios de locales en alquiler y venta cuando esté haciendo un recorrido por las calles de esta, nuestra vulnerable ciudad.
Artículo de opinión de Nilsa Varela, gerente de Diarioelvistazo.