El miércoles 6 de julio representantes de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) dieron una rueda de prensa para hablar sobre el trato que se le da desde la Iglesia católica a los casos de presunto abuso sexual cometido por sus integrantes contra niños, niñas, adolescentes.
Monseñor Mario Moronta, obispo de la Diócesis de San Cristóbal, estado Táchira, dijo: «Nos hemos comprometido a hacer de nuestras instancias de Iglesia lugares seguros para todos (…) Estamos actualizando códigos preventivos de conducta y protocolos de actuación para los que prestan sus servicios en el ámbito eclesial», refirió Moronta».
Al ser cuestionado sobre el caso del sacerdote Luis Alberto Mosquera, quien en 2006 fue condenado a más de siete años de prisión por abuso sexual contra un niño de seis años, Mario Moronta dijo que fue suspendido este 2022 de sus funciones como cura. Aunque no precisó fecha exacta.
“El sacerdote lleva desde hace ya algún tiempo suspendido del ejercicio del ministerio“, añadiendo que fue «a lo largo de este año”. Sin embargo, la suspensión no se dio “hace algún tiempo” como afirmó el obispo de San Cristóbal, sino que ocurrió hace apenas una semana.
El caso del clérigo de 63 años se encuentra entre los 10 que involucran denuncias de abuso sexual infantil examinados por The Washington Post en los últimos dos años.
Monseñor señaló que se ha «constituido una Comisión de Prevención» conformada por expertos para sancionar a sacerdotes y miembros de la iglesia en el caso que se susciten delitos comprobados.