Efecto Cocuyo. Tras el anuncio de la participación de Venezuela en el proyecto de la vacuna rusa contra el Covid-19, la Academia Nacional de Medicina, la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales (Acfiman), la Red de Sociedades Científicas Médicas Venezolanas y la Alianza Venezolana por la Salud, llaman a respetar los principios aceptados a nivel mundial para su aplicación en el país.
“La urgencia para contribuir a la evaluación de una vacuna que pueda contribuir al control de la pandemia en nuestro país no debe vulnerar los principios científicos y éticos internacionalmente aceptados y debe hacerse con la mayor transparencia y con el apoyo de la población venezolana y de su comunidad médica y científica”, dice un comunicado conjunto publicado este 24 de agosto.
El pasado viernes 21 de agosto, el ministro de Salud, Carlos Alvarado, informó que Venezuela aportaría 500 voluntarios para la fase 3 de la vacuna “Sputnik V” contra el Covid-19, la etapa de prueba masiva que deben aprobar todos los candidatos vacunales para verificar su seguridad y eficacia para la prevención de la enfermedad en miles de personas.
Aunque las Academias y las organizaciones consideran que una vacuna es la mejor esperanza para el control de la pandemia, y apoyan la iniciativa de participar en el esfuerzo para su desarrollo, destacan que es necesario que se conduzcan de acuerdo con los “más altos niveles científicos y éticos”.
“Si Venezuela considera participar en pruebas en fase 3, debe asegurarse que el candidato vacunal ha sido debidamente evaluado en pruebas preclínicas y de fase 1 y 2 en el país de origen de la vacuna. Los resultados deben haber sido publicados en revistas científicas arbitradas o al menos presentados en detalle a un Comité Científico Nacional integrado por expertos en virología, epidemiología, inmunología, vacunología y ciencias afines”, señala el comunicado.
Las Academias y las organizaciones afirman que ese Comité Científico deberá juzgar la evidencia y decidir si existe suficiente justificación científica para proceder con las pruebas de la vacuna rusa. También deberá analizar en detalle el protocolo propuesto, con el fin de constatar que es “lo suficientemente robusto” para proveer resultados confiables.
Agregan que un Comité de Ética independiente y calificado deberá estudiar la propuesta de investigación y dictaminar si se cumplen los principios éticos internacionales de autonomía, beneficencia, no-maleficencia y justicia. El Comité también deberá juzgar si los proponentes de la prueba han hecho esfuerzos para maximizar los posibles beneficios y minimizar los posibles efectos colaterales. Sigue leyendo en Efecto Cocuyo.