La Fracción 16 de julio de la Asamblea Nacional electa en 2015, rechazó la aprobación del informe sobre la situación de Monómeros, del cual señalaron “pretende encubrir la corrupción” ocurrida en la empresa. Asimismo alertaron sobre el grave daño que tendrá esta decisión, reseña Tal Cual.
Así lo dio a conocer el diputado José Luis Pirela, quien aseguró que el objetivo de la investigación “aún no se ha cumplido”, a lo que agregó que existe un «interés político celestino» de “encubrir las actuaciones” de la Junta Directiva de Monómeros.
Monómeros Colombo Venezolanos S.A. es una empresa petroquímica filial de PDVSA, está ubicada próximo a la desembocadura del Río Grande de la Magdalena, en la ciudad de Barranquilla, Colombia
“En lo particular, niego mi voto a ese informe, presentaré un documento ante la comisión, presentaré un documento ante la junta directiva de la Asamblea Nacional y presentaré por supuesto mi opinión para que la sociedad venezolana y colombiana conozcan las razones por las que no puedo acompañar este lamentable e infeliz atropello que llaman informe”, dijo luego de la sesión celebrada el miércoles 27 de octubre.
Este 28 de octubre la Fracción emitió un comunicado en el que se lee:
Este informe pretende solapar la contratación de Lion Street, que es una aberración jurídica de un contrato por 15 años, cuando efectivamente los estatutos establecen y contemplan que no puede ser por más de tres años. Este informe no menciona ni una palabra sobre los señalamientos que formulé en la reunión con la junta directiva, delante del gerente y de los directivos de la empresa Monómeros, sobre la trama de corrupción montada con insumos del Pacífico, con Guillermo Rodríguez Laprea como representante. Ni una palabra dice el informe sobre el tema y tampoco se refleja en el acta de la reunión donde tratamos el tema.
En consecuencia, esta comisión tiene totalmente desvirtuados sus propósitos. Es muy lamentable que el país vaya a recibir un informe de esta pobreza, que no es capaz ni siquiera de establecer un juicio sobre el objetivo central de la comisión, que es responsabilidad de la Junta Directiva en sus actuaciones.
Es un informe cargado de retórica: 48 páginas la primera versión y 52 la segunda versión, donde no se recoge ninguno de los importantes aspectos que hemos señalado en la propuesta de reforma del primer informe. Allí se habla de reingeniería empresarial, como si nadie supiera que es reingeniería empresarial, que es una metodología de trabajo en la búsqueda de la mejora continua de la empresa, etc, pero no era eso lo que teníamos encomendado, lo que teníamos encomendado era evaluar a la empresa, su situación actual, sus tres vertientes: endógenas, exógenas y sobrevenidas, que yo he señalado con mucha insistencia y que no han sido tomadas en cuenta por una mayoría circunstancial que se ha ejercido en esta comisión.
Este informe, además, es una emulación en el lenguaje, de forma y de fondo, del bufete DLA Piper, dando como cierta toda la narrativa de su autoría. Medio informe es el informe de DLA Piper. No se menciona para nada la importante cadena de trabajo realizada por la comisión de contraloría, y enviada y remitida a esta comisión, las actuaciones de la comisión de contraloría, las interpelaciones realizadas, las comparecencias voluntarias; no se menciona nada de eso, y de paso, la comisión se autoatribuye la continuidad, lo cual me parece un descaro, proponer la continuidad de las actuaciones, sin que la Asamblea Nacional valore este informe.
Tampoco ha recibido esta comisión el contrato definitivo de Daabon, que nos mintió de nuevo el gerente general cuando dijo que estaban en proceso de elaboración final, y vemos públicamente cómo lo anunciaron, que han recibido materia primera del grupo Daabon. No tenemos un juicio objetivo sobre el contrato con Daabon porque nunca lo consignaron, nunca fue planteado, nunca se llegó, sino al envío de un papel, un papel que ellos denominan extracto de las bases de acuerdo con l grupo Daabon, espero que esta no sea una nueva trama de corrupción, como la de Lion Street, que ya conocimos y es una vergüenza para lesionar el patrimonio público venezolano en un contrato entre gallos y medianoche, que es un contrato propio de malhechores.
Esto no es ni siquiera un cumplimiento de objetivos, creo que ha habido mucho trabajo, muchas reuniones y la síntesis es un informe aprobado por una mayoría circunstancial que tendrá que explicarle al país lo que acaba de hacer.
En lo particular, niego mi voto a ese informe, presentaré un documento ante la comisión, presentaré un documento ante la junta directiva de la Asamblea Nacional y presentaré por supuesto mi opinión para que la sociedad venezolana y colombiana conozcan las razones por las que no puedo acompañar este lamentable e infeliz atropello que llaman informe. Asimismo, cumplo con informar que me reservo todas las acciones judiciales a que haya lugar en la materia, en territorio colombiano y en algún momento también en territorio venezolano. No creo que frente a la sordera de una mayoría circunstancial, que no está interesada en elaborar un informe serio, consensuado, discutido, trabajado… ¿Dónde queda, ciudadano presidente, su planteamiento sobre no seguir haciendo los mismos errores de Monómeros? ¿Dónde queda su planteamiento sobre la reestructuración, que no aparece tampoco en el informe? ¿Dónde quedó el concurso de credenciales para que los políticos no sigan imponiendo directivos de la empresa? Todo eso fue borrado de un plumazo en este Frankenstein que llaman informen. Siento que el país está burlado con estos resultados y siento que esto tiene otras intenciones mucho más profundas en lo político, que están relacionadas con el futuro inmediato y con el futuro mediato de Venezuela.
Se ha consumado un atentado a los intereses del país en este informe, se ha colocado interés político partidista de una alianza, por encima de los intereses de la nación, por lo cual condeno enérgicamente esta burla que se hace del compromiso con las nuevas generaciones.