Especial El Vistazo / El sábado 1° de mayo el Fiscal general Tarek William Saab admitió que el concejal Fernando Albán fue asesinado en el SEBIN, el capitán Acosta Arévalo fue torturado hasta su muerte y el estudiante de la Universidad Metropolitana, Juan Pablo Pernalete fue asesinado por el impacto de una bomba lacrimógena.
Las declaraciones las hizo desde la sede del Ministerio Público al informar al país que fue entregado un nuevo informe (el tercero) sobre Derechos Humanos a la fiscalía de la Corte Penal Internacional, CPI.
«En el caso de Juan Pablo Pernalete, que falleció tras recibir un golpe con una bomba lacrimógena en el pecho, se logró la imputación de 12 funcionarios de la GNB por homicidio preterintencional en grado de complicidad correspectiva», expresó el alto funcionario.
El periodista Gabriel Bastidas recordó que en 2020, los padres de Juan Pablo Pernalete denunciaron en entrevista con TalCual que el Ministerio Público controlado por Tarek William Saab tenía paralizado el caso de su hijo.
El periodista además acompañó su análisis con screens del Twitter de Saab del año 2017 cuando era Defensor del Pueblo y su narrativa era totalmente diferente. En ese entonces planteaba que los responsables eran asesinos profesionales infiltrados por la propia oposición.
El comunicador venezolano radicado en Argentina, señala que el giro en el discurso tiene que ver con el avance de este y otros casos en la CPI.
«Ahora, tras 4 años de impunidad y ante el avance del proceso en la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad, Tarek William Saab admite como cierta la conclusión de @lortegadiaz en 2017: a Juan Pablo Penalete lo mataron con una lacrimógena», escribió Bastidas en Twitter.
En el caso de Albán, el fiscal también declaró que fue asesinado en las instalaciones del Sebin de Plaza Venezuela en octubre del 2018. El gobierno de Maduro en ese entonces sostuvo que el político de 56 años de edad, se suicidó al lanzarse del décimo piso del edificio de ese cuerpo de seguridad, argumento que fue repudiado por la oposición.
«El Ministerio Público solicitó orden de aprehensión contra los dos funcionarios del SEBIN que lo custodiaban, por los delitos de homicidio culposo, quebrantamiento de normas de custodia, agavillamiento y favorecimiento de fuga de detenido».
En el caso de la muerte del capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo, ocurrida en junio d 2019, el Fiscal admitió homicidio intencional y tortura:
«El 22Oct 2020, se celebró una nueva audiencia de imputación contra 2 funcionarios de la DGCIM por los delitos de homicidio intencional calificado ejecutado con alevosía y tortura. El pasado #13Nov 2020, se presentó el correspondiente escrito acusatorio».
En septiembre del año 2020 Amnistía Internacional divulgó evidencias escandalosas de que Acosta Arévalo falleció el 28 de junio de 2019 en la sala de justicia donde se llevaría a cabo la audiencia de presentación, sin recibir atención médica en los momentos previos a su muerte.
«Esta evidencia contradice la versión oficial de las autoridades venezolanas, quienes difundieron que la víctima había muerto en el Hospital Militar Vicente Salias, después de haber recibido atención médica».
Diario Las Américas señaló detalles de ese informe: El capitán de corbeta venezolano Rafael Acosta Arévalo murió debido a las torturas que le infligieron presuntamente los agentes de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) del régimen de Nicolás Maduro, confirmó el informe de su autopsia.
Tal como lo reseñó DIARIO DE CUBA, el periodista venezolano Eligio Rojas publicó parte del informe de la autopsia que se le hizo al cuerpo de Acosta Arévalo: «La necropsia de ley practicada al cadáver (…) determinó como causa de muerte ‘edema cerebral severo debido a insuficiencia respiratoria aguda, debido a rabdomiolisis por politraumatismo generalizado».
Rabdomiólisis: síndrome de necrosis muscular que presentan las víctimas de terremotos, bombardeos, derrumbes de edificios. «Es decir, que el capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo fue literalmente aplastado», aclaró por su parte la también periodista Lisseth Boon, en julio del año pasado.