El los últimos seis meses el gobierno de Nicolás Maduro ha entregado silenciosamente docenas de gasolineras en ruinas de todo el país a empresarios privados que se han encargado de convertirlas en llamativos complejos comerciales, reseñó Bloomberg.
La agencia de noticias dice en un reportaje firmado por la periodista Fabiola Zerpa, que a las gasolineras las rebautizaron bajo una cadena conocida como Vía.
Se trata, añadió, de la primera fase de un plan desesperado para salvarse de las sanciones de Estados Unidos, que han complicado el negocio petrolero en el país. Maduro, según, espera que las nuevas estaciones de servicio operen como negocios independientes e importen combustible libre de las restricciones estadounidenses.
“Es un plan bastante sencillo hasta que miras bajo el capó: los acuerdos de gasolineras que el gobierno de Maduro ha hecho hasta ahora no se revelan públicamente. Nadie parece saber quién los posee en última instancia o quién los dirige. Y algunos ya están expresando su preocupación sobre si el propio gobierno todavía está detrás de las operaciones”, señaló Bloomberg.
José Manuel Puente, profesor de economía en el Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA), aseguró que los cambios responden a una reacción al colapso estatal, pero no es un plan bien pensado.
Explicó que las nuevas estaciones de servicio son una ilusión armónica y no parte de una estabilización estructural de la economía.
Maduro estaría trabajando en una reforma que acabará con el monopolio en la importación y distribución de combustible, que maneja la sancionada compañía Petróleos de Venezuela. De esta manera, transferirá algunas de esas operaciones a sus aliados, pero es una solución que parece improbable.
Los conductores en una estación de servicio Vía, en el este de Caracas, pueden recargar combustible sin esperar las interminables colas de vehículos. La gasolina en estos lugares cuestan 50 centavos de dólar por litro, aproximadamente 1,90 dólares por galón.
“Los clientes también pueden encontrar whisky escocés de 18 años, café mexicano y cortes de carne de primera calidad empaquetados en las nuevas tiendas de conveniencia, fuertemente vigiladas”, describió.