Venezuela entera no ha sido destruida por una guerra ni por desastres naturales, pero para salir de la profunda crisis en la que está sumida requerirá emular comportamientos de otros países salidos del abismo para recuperarse.
El sociólogo Ramón Piñango explicó a Efecto Cocuyo que dos de ellos son el trabajo de su gente y un liderazgo fuerte que aporte sentido de dirección.
“A través de acciones gubernamentales concretas e inmediatas se le debe hacer sentir a la gente que puede, que es necesario un gran esfuerzo y que vamos mejorar, rescatar la esperanza”, expresó el exdirector ejecutivo del Iesa.
Piñango advierte que las necesidades del país son tan amplias y tan severas, especialmente en materia de alimentación y servicios públicos, que de lograrse el cambio político será difícil establecer prioridades. Pero cree que por ejemplo el problema del hambre y de abastecimiento de agua, debe estar entre las urgencias a resolver.
Según el monitoreo que realiza la Asamblea Nacional, a través de la Encuesta Crisis Venezuela, actualmente solo 4% de los venezolanos recibe agua de forma continua y más de 90% de la población reporta fallas en el servicio.
En este punto subraya que los acuerdos políticos que puedan lograrse como parte de un proceso de transición deben estar a la altura de tareas complejas para que el país se recupere.
“Es bárbaro lo que sufre la población venezolana, nos devolvimos a la época colonial, aunque en ese período por lo menos había agua. No recuerdo otro período de tanta carestía, es grande el retroceso y nos va a costar recuperarnos porque las necesidades son muchas y los recursos pocos”, afirmó.
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El lado positivo y el negativo
A su juicio, las consecuencias negativas de tantas carencias en la gente se basan en la resignación y la desesperación que puede llevar a suicidios tanto en adultos como en niños. Aclaró que sobre esto último no hay cifras oficiales pero se percibe un aumento en los casos.
“Se siente un vacío, una sociedad sin normas, se replican escenas de violencia producto de la necesidad como la que vimos en Petare con una pelea entre vecinos por agua”, acotó.
Pero también asegura que toda esta situación podría arrojar resultados positivos para un cambio, en el caso de que la protesta social cobre un sentido político y se logre canalizar. “Hay protestas a lo largo y ancho del país, pero son pequeños focos”, dijo. Con información de Efecto Cocuyo. Haz clic aquí y sigue leyendo.